N. Katherine Hayles: «Necesitamos una visión más integral de la cognición»

La catedrática estadounidense nos habla sobre posthumanismo, inteligencia artificial y la conexión entre ciencia y humanidades.

Katherine Hayles es una de las autoras más relevantes en el estudio del posthumanismo. Sitúa en el centro de su propuesta la materialidad y la cognición y critica la concepción de lo humano como sujeto autónomo e independiente. En la era de la inteligencia artificial, sus ideas nos llevan a una nueva visión de la evolución humana.

La división de la cultura científica y la humanística, así como su creciente hiperespecialización académica, han tenido consecuencias nefastas para el conocimiento. Las mutaciones tecnocientíficas informan la reflexión filosófica y la creación literaria, que a su vez contribuyen con conceptos y ficciones a construir los paradigmas o «epistemes» que hacen posible (y pensable) cualquier descubrimiento e invención. Además, los desafíos de nuestro tiempo –como el cambio climático– son complejos y multicausales, por lo que exigen un abordaje interdisciplinar que aún carece de condiciones materiales, marcos institucionales y enfoques metodológicos. No obstante, esa combinación de saberes heterogéneos puede encontrarse en los trabajos de N. Katherine Hayles, cuya formación científica proporciona una sólida base para analizar los aspectos sociales y culturales de la tecnociencia contemporánea.

Hayles abandonó su carrera como química para doctorarse en crítica literaria e investigar las relaciones entre literatura, ciencia y tecnología. En su primer libro, The Cosmic Web (1984), traza la evolución del concepto físico de «campo» hasta llegar a la mecánica cuántica y la relatividad general. Se trata de un modelo que describe el universo como una red dinámica de patrones que surgen de la interacción mutua entre sus componentes; sin embargo, esta totalidad armoniosa es también inaprensible, ya que cualquier descripción hecha por un observador forma parte de aquello que se describe. La autorreferencialidad y la indeterminación van más allá del teorema de Gödel o del principio de Heisenberg: están presentes en estrategias narrativas como los saltos espaciotemporales de Nabokov o las regresiones infinitas de Borges. Lejos de establecer una relación unidireccional, Hayles afirma que «la literatura influye en los modelos científicos tanto como los modelos en la literatura». [1] Chaos Bound (1990) explica la deriva de este paradigma hacia la ciencia del caos, que deja de entenderse como una simple ausencia de orden para ser considerado una expresión de complejidad. Una vez más, el estudio científico de dinámicas no-lineales y fenómenos emergentes se da en paralelo al desarrollo de nuevas formas de concebir la textualidad en la teoría crítica y literaria, especialmente en corrientes como el postestructuralismo. Atribuye estas similitudes a una «matriz cultural común» [2] que sitúa en la defensa posmoderna de la discontinuidad y la fragmentación, demostrando que la ciencia y la literatura no están al margen de su cultura sino integradas en ella.

Otra de las cuestiones a las que dirige su interés es al impacto de la era digital –o «postimprenta»– [3] en la lectoescritura, especialmente en lo que respecta a la literatura electrónica o «tecnotextos». En Writing Machines (2002) propone un análisis específico de la materialidad del medio, desde la convicción de que «la forma física del artefacto literario siempre afecta a lo que significan las palabras y otros componentes semióticos». [4] Esto también implica atender a las relaciones del código informático con otros sistemas de significación (como el habla y la escritura) y de la computación con otros modelos de comprensión de la realidad (como la metafísica clásica). El código se considera el lenguaje universal de la naturaleza dentro del «régimen de computación» que disecciona en My Mother Was a Computer (2005): «Una narrativa en la que el universo, la vida y la mente se vinculan a procesos computacionales que operan tanto en simulaciones creadas por el ser humano como en el universo entendido como software que se ejecuta en el “ordenador universal” que llamamos realidad». [5] Esta interacción continua entre lenguaje y código también implica una transformación cognitiva y morfológica del cerebro humano, a causa de lo que en How We Think (2012) denomina «tecnogénesis»: «La adaptación dinámica [o causalidad recíproca] de la técnica y el ser humano». [6] El uso de herramientas ha jugado un rol central en la evolución de nuestra especie, propiciando cambios cognitivos (como el desarrollo del lenguaje) y músculo-esqueléticos (como el bipedismo). En el caso de las tecnologías digitales, la aceleración e intensificación de los flujos de información afecta a facultades como la atención incluso en sus procesos no conscientes, tan importantes o más que la consciencia en la interacción con entornos tecnológicos.

Este interés por la materialidad y la cognición se sitúa en el centro de su propuesta posthumanista desde la publicación de How We Became Posthuman (1999), que ataca la concepción de lo humano como un sistema de procesamiento de información independiente de su soporte físico (según la cibernética de primer orden) y como un sujeto unitario, autónomo y soberano (según el humanismo liberal). En contraposición, el posthumanismo de Hayles aspira a superar la división entre mente y cuerpo abogando por encarnaciones situadas y contextuales, y presenta un nuevo modelo de subjetividad basado en un «conjunto de elementos heterogéneos, una entidad material-informacional cuyos límites están en continua construcción y reconstrucción». [7] Se trata de una definición cercana a la que Haraway ofrece del cíborg como un «híbrido de organismo y máquina», «desmontado y reensamblado». [8] Sin embargo, Hayles está más interesada en la hibridación cognitiva: una cognición distribuida a través de «flujos dinámicos entre el ser humano, el animal y la máquina», [9] que constituyen lo que llama «cognosfera» o, más recientemente, «ensamblaje cognitivo distribuido».

Unthought (2017) vuelve sobre la cognición no consciente y defiende su importancia con argumentos filosóficos (como los enfoques enactivos, extendidos y encarnados en la filosofía de la mente) y evidencias empíricas provenientes de la biología cognitiva y las neurociencias. Esto le lleva a una concepción ampliada de la cognición –«el proceso de interpretar la información en contextos que la conectan con un significado»– que incluye a los organismos biológicos y los sistemas técnicos, socavando el antropocentrismo sin apelar a ideas vagas sobre la agencia (como reprocha a los nuevos materialismos). La distinción entre «cognoscentes» y «no cognoscentes» permite establecer un marco ético-político lo bastante amplio como para dar cabida a toda la gama de actores cognitivos y desplegar su potencial para hacer frente a los retos medioambientales. Este enfoque se hace especialmente necesario en un mundo gobernado por algoritmos, al permitir la atribución de responsabilidades diferenciadas en función de quién (o qué) tenga el control sobre sus parámetros de diseño, sus implementaciones socioeconómicas y sus posibles consecuencias. Por ello, constituye un importante aporte a la creación de «futuros más abiertos, justos y sostenibles para los seres humanos, las formas de vida no humanas y los cognoscentes técnicos». [10] En otras palabras, una ecología cognitiva planetaria.


[1] Katherine N. Hayles, The Cosmic Web: Scientific Field Models and Literary Strategies in the Twentieth Century. Londres: Cornell University Press, 1984.

[2] Katherine N. Hayles, Chaos Bound. Orderly Disorder in Contemporary Literature and Science. Londres: Cornell University Press, 1990.

[3] Katherine N. Hayles, Postprint: Books and Becoming Computational. Nueva York: Columbia University Press, 2021.

[4] Katherine N. Hayles, Writing Machines. Cambridge: The MIT Press, 2002.

[5] Katherine N. Hayles, My Mother Was a Computer: Digital Subjects and Literary Texts. Chicago: University of Chicago Press, 2005.

[6] Katherine N. Hayles, How We Think: Digital Media and Contemporary Technogenesis, Chicago: University of Chicago Press, 2012.

[7] Katherine N. Hayles, How We Became Posthuman: Virtual Bodies in Cybernetics, Literature, and Informatics. Chicago: University of Chicago Press, 1999.

[8] Donna Haraway, «Manifiesto cíborg: ciencia, tecnología y feminismo socialista a finales del siglo XX» en Mujeres, simios y cíborgs: la reinvención de la naturaleza. Madrid: Alianza, 2023. Traducción de Helen Torres.

[9] Katherine N. Hayles, «Unfinished Work: From Cyborg to Cognisphere» (2006), en Theory, Culture & Society 23(7-8): 159-166.

[10] Katherine N. Hayles, Unthought: The Power of the Cognitive Nonconsciouss. Chicago: University of Chicago Press, 2017.

Este articulo tiene reservados todos los derechos de autoría

Ver comentarios0

Deja un comentario

N. Katherine Hayles: «Necesitamos una visión más integral de la cognición»