Recetario de ecoedición: el continente también importa

Publicar libros con criterios respetuosos con el medio ambiente requiere repensar todo el proceso editorial: desde la conceptualización hasta la comunicación.

Dos homes enquadernant llibres, 1943

Dos homes enquadernant llibres, 1943 | State Library of New South Wales | Domini públic

La ecoedición es una forma de gestionar las publicaciones según principios de sostenibilidad. ¿Es posible hacer un libro con criterios que respeten el medio ambiente? La editorial cooperativa Pol·len propone una serie de recomendaciones basadas en su experiencia, marcada por el aprendizaje de la imprenta verde El Tinter. Estas incluyen la valoración de la necesidad de publicar, la concepción del producto en clave de filosofía residuo cero, los criterios para elegir formato, papel y tinta y la comunicación del impacto ambiental.

Publicar o hacer pública una obra es una decisión que emana de una vocación de explicar, de comunicar, de participar, de hacerse ver e incluso de cultivar un ego (propio o de un colectivo). Ahora bien, si se decide dar el paso de publicar aquella obra en papel (he aquí que aparece el continente, lo que contiene), debería partirse de una investigación previa del uso del producto final, de su durabilidad, de su público objetivo y tantos otros «por qué» que hay que poner encima de la mesa. Dejemos los continentes digitales para otra ocasión, ahora adentrémonos en la celulosa.

La primera decisión

Publicar o no publicar, esta es la cuestión. En el marco del taller de ecoedición que el equipo de Pol·len impartimos en el Bookcamp Kosmopolis 2017, el activista ecologista Jordi Bigues recordó una propuesta que a nivel interno se está haciendo en el Ayuntamiento de Barcelona para controlar el stock y la producción de publicaciones. Se ha decidido prescindir de los prólogos institucionales cuando no son relevantes, una medida revolucionaria si se tienen en cuenta las toneladas de papel que «se tiran» en prolegómenos que cada año tienen la misma forma y color.

La expresión ecoedición nace a raíz del impulso, en 2008, de entidades, empresas y personas expertas para difundir un concepto que impregna toda la cadena de valor del libro. Ecoeditar es una forma de gestionar las publicaciones que pretende minimizar los impactos ambientales que se producen en la publicación de libros y revistas. Con el empuje de este grupo, en 2009 se inicia un proyecto europeo que concreta la investigación, el Greening Books, formado por el Centro Tecnológico Leitat, la empresa de software Simple y la imprenta El Tinter.

Uno de los ejes de aquella investigación fue el análisis de ciclo de vida (ACV), una técnica para evaluar los impactos ambientales asociados a todas las etapas de la vida de un producto, en este caso el libro. Por ejemplo, durante el proyecto se constató que, si bien un 49,4% de la huella de carbono se iba en materias primas (papel, principalmente), y a pesar de que la distribución también desempeñaba un papel relevante, el diseño, el 9,6%, también era relevante.

Huella de carbono de un libro

La concepción, el hecho de cómo pensar los productos desde su origen, es una de las claves de la denominada economía circular y de la filosofía residuo cero, para las que los productos deben ser diseñados para tener un impacto ambiental positivo cuando sean reintroducidos en el ciclo productivo.

Hay otros elementos, decisiones políticas tomadas en el momento de pensar el contenido y el continente, que también tienen impacto. Una muy importante es la tirada del libro. Según datos de 2015 de Comercio Interior del Libro, la tasa de devoluciones de stocks de libros a las editoriales fue del 30,1% (partiendo de las cifras de facturación y devolución). Las pequeñas editoriales tienen una tasa menor (22%), con tendencia a la baja. A menudo, el destino de estos stocks es su destrucción. ¿No sería más efectivo ajustar las tiradas con precisión? Pensaréis que no se puede predecir cuántos libros se venden de un título, pero sí se pueden explorar soluciones imaginativas: comenzar con una tirada más reducida, impresa con offset, y luego imprimir bajo demanda, por ejemplo (con impresión digital).

Otra decisión relevante es la elección de licencias: el uso de las licencias Creative Commons, menos restrictivas, y otras licencias abiertas permitirá aumentar la vida de un libro, ya que ese contenido no morirá una vez agotado el millar de ejemplares de tirada de una supuesta primera edición.

Publicar un libro a través de un micromecenazgo es también una forma de abrir la participación en la fase de pensar el contenido y el continente. La tirada ponderada, es decir, el estudio de cuántos ejemplares se publicarán de aquel libro en un momento determinado, es posible gracias al primer análisis que se realiza en un micromecenazgo, aparte de asegurar una difusión de ese libro antes de que salga publicado.

Si publico, ¿cómo lo hago? Profundizando en el papel y las tintas

Reducir el impacto de una publicación pasa por minimizar la huella de carbono, reducir las materias primas, la energía, el agua y los residuos que genera todo el proceso de concepción, producción y final de vida. Por ello, una lectura simplista llevaría a concluir que cambiando las tintas y el papel ya basta. Por el contrario, si bien es clave tomar decisiones en este ámbito, la medida principal se tomará en el momento de pensar y diseñar el producto. Esto no debe traducirse en cambios forzados, sino en cambios consensuados y con visión a largo plazo: en Pol·len en un inicio diseñábamos con márgenes de 1,5 cm (en lugar de 2,5), lo que nos permitía ahorrar una de cada seis páginas. Al final, hemos tendido a ampliarlos, porque nuestra decisión no satisfacía a las personas lectoras.

La elección del formato y del papel es básica en nuestro recetario. El manual práctico de Ihobe, la sociedad pública de gestión ambiental del Gobierno vasco, establece siete pasos para la implantación de la ecoedición. Por ejemplo, hay que propiciar el uso de formatos de papel estándares reconocidos internacionalmente, de papel con etiqueta y distintivos ecológicos, reciclados (offset reciclado, estucado reciclado o papeles mixtos y de calidad) y, si finalmente no optamos por reciclados, entonces el papel debe ser de fibras vírgenes de bosques gestionados sensiblemente. El distintivo Forest Stewardship Council (FSC) certifica que aquellos papeles no provienen de talas ilegales de bosques, por ejemplo.

En la fase de impresión, es bueno usar máquinas que se ajusten al tamaño del papel y con el formato del libro, lo que implica tener una imprenta de referencia que pueda trabajar con los formatos que elija. Por último, las tintas hechas con aceites vegetales son más recomendables porque tienen un menor impacto; a la hora de pensar el diseño, es mejor concebir diseños poco oscuros (no al 100%, sino al 75% o al 50%).

Qué es y para qué sirve el sello FSC | FSC España

Menos impactos y menos costes, ¿es posible?

¿Es más caro hacerlo bien? La ecoeficiencia es el grado en que se alcanza una relación óptima entre los recursos utilizados en la gestión de un servicio y los resultados obtenidos. Pensar antes de publicar un libro, estudiar su alcance y utilidad es ecoeficiencia y permite evitar no solo los errores coyunturales, sino también los ambientales y los estructurales.

Elegir el formato, el tipo de papel, la composición de las tintas es ecoeficiencia, sin embargo, no lo olvidemos, también es prestigio, es imagen. Si bien al principio los papeles certificados tenían un añadido de coste económico a raíz de que las empresas le cargaban el coste de las auditorías certificadoras, ahora eso ya no ocurre en casi ningún caso. La certificación se ha convertido en una demanda para la excelencia y, si se aplica estratégicamente, permite, además, una reducción del gasto global de la empresa.

Si aún no os habéis convencido, saltemos a una analogía alimentaria. ¿Es más caro comer eco? ¿Cambiar nuestra dieta convencional hacia unos productos más ecológicos resulta más caro? No necesariamente. Si el consumo de estos productos supone repensar cómo compramos y cómo cocinamos, el ahorro está asegurado. La autora Bea Johnson, artífice internacional del residuo cero en el ámbito doméstico, lo demuestra en cifras que ha extraído del cambio radical en su propia economía familiar. No olvidemos, tampoco, que cambiar nuestra dieta no solo representa una mejora en salud a escala micro, sino que a escala estructural contribuye a la justicia ecológica y social.

El diálogo con las personas lectoras: comunicar el impacto ambiental

Un elemento muy importante de la ecoedición es la comunicación del impacto ambiental de la publicación. En todos los libros de Pol·len incluimos una mochila ecológica, Bookdaper.cat –fruto del proyecto Greening Books–, una declaración ambiental de producto simplificada que da información de los impactos en huella de carbono, en materias primas, energía, agua y residuos de todo el proceso de edición del libro. En esta mochila también se incluyen los ahorros logrados a partir de la adopción de buenas prácticas. En esta misma declaración es útil visibilizar los sellos que tengan los papeles u otras materias primas y evidenciar si nuestros proveedores son empresas que tienen un sistema de gestión ambiental.

Las opciones de comunicarse con las personas lectoras son múltiples: se puede incluir, por ejemplo, una referencia dentro del libro sobre qué hacer una vez se haya leído: incluirlo en una red bookcrossing, llevarlo a una librería de segunda mano… y tantas otras vías de continuar la vida de aquel contenido-continente.

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