No ficción dibujada: un panorama

La reflexión es un proceso lingüístico y imaginado, hablamos de ensayo ilustrado, periodismo en viñetas, periodismo dibujado, visual thinking o sketching.

Mural de Ilya Bolotowsky para el Salón de Ciencias Médicas de la 1939 New York World 's Fair

Mural de Ilya Bolotowsky para el Salón de Ciencias Médicas de la 1939 New York World ‘s Fair. Wikipedia. Dominio público.

Hablamos de «ensayo ilustrado», «periodismo en viñetas», «periodismo dibujado», «visual thinking» o «sketching» como si fueran fenómenos radicalmente nuevos, cuando en realidad son nuevas formulaciones de prácticas que cuentan con décadas, incluso con siglos de existencia. Al menos desde el siglo XVIII se publican viñetas, por lo general de opinión satírica, en los diarios europeos. Es común, también, la presencia de caricaturas o de retratos que acompañen o ilustren los textos. El «pensamiento visual» es un proceso de reflexión común a todos los niños escolarizados: comenzamos a representar el mundo con imágenes y solo más tarde incorporamos la palabra a esa representación. Y los «esbozos del natural» son tan antiguos como la propia pintura. Lo que sí es cierto es que a finales del siglo XX se normalizó, por la maestría de autores como Joe Sacco o Art Spiegelman, la novela gráfica de no ficción sobre asuntos históricos o de actualidad. Y que en el siglo XXI todas esas formas que combinan reportaje, ensayo e ilustración se han vuelto normales, mayoritarias, de consumo habitual entre un público adulto. Y un fértil laboratorio de experimentación con lo real.

Como guía de lectura o como invitación a pensar un fenómeno complejo, la no ficción texto-visual y dibujada tal vez se podría dividir en los siguientes niveles o ámbitos, que resumo esquemáticamente, sin ánimo de ensayar, como nube de vínculos, invitaciones a la lectura.

Pensamiento visual

La reflexión es un proceso tanto lingüístico como imaginado. Hay una conexión entre el ojo, el cerebro y la mano. El pensamiento visual estimula esa conexión y representa el desarrollo de procesos cognitivos complejos a través de la hibridación de dibujo y texto, en esquemas que dan cuenta del diseño de proyectos individuales o colectivos. Sus técnicas permiten tanto desarrollar la creatividad como resumir u ordenar o jerarquizar información compartida. Se expande hacia el diseño manual o digital. Y hacia la cartografía, la psicogeografía, la infografía, la visualización de datos. Es una estrategia de representación habitual en el arte contemporáneo (desde Seymour Chwast o Francis Alys hasta Efrén Álvarez. En los últimos tiempos se han reformulado en esos términos géneros de la divulgación tan codificados y, al mismo tiempo, con tanto potencial como el «manual de instrucciones». Google le encargó a Scott MacCloud, por ejemplo, el cómic que explica los mecanismos y el funcionamiento de Google Chrome.

Sketching

El periodismo de juzgado siempre se ha valido de las herramientas propias del dibujo del natural. El cuaderno de viaje, de larga tradición al menos desde el Grand Tour, ha utilizado la combinación del diario y de la ilustración para expandir visualmente la literatura de viaje. El «sketching» posee la inmediatez y la frescura de la fotografía en tiempo real, pero con un grado de interpretación y de distorsión ajena al proceso fotográfico. Permite la experimentación con formatos de crónica que registren eventos, con la entrevista, con la opinión y con otros géneros. Francia ha sido su gran ámbito cultural de desarrollo, con la tradición del «carnet de voyage», que tiene, entre tantos otros exponentes vivos y activos, al clásico Titouan Lamazou y al joven Lapin. Se expande hacia el diseño editorial y hacia la animación (véase Niños del holocausto o Cuentos de viejos).

Periodismo en viñetas

Por su vínculo emocional con la infancia, el cómic es un lenguaje en principio de digestión amable, que permite explorar todo tipo de temas adultos de un modo que no ofrece la resistencia de otros formatos. Por su extensión, como reportaje gráfico o como novela gráfica de no ficción, permite incorporar tanto los recursos del propio cómic como los del pensamiento visual, la cartografía, la infografía, la fotografía o el sketching (y expandirse hacia la animación, el multimedia y el transmedia). Siguiendo la maestría individual de Joe Sacco y colectiva de proyectos como La Revue Dessinée francesa, los Estados Unidos y Francia son los dos grandes espacios de desarrollo del género (con autores como Dan Archer, o Emmanuel Lepage). En Italia también hay un alto nivel de periodismo en viñetas. Su autor más popular, Zerocalcare, ha publicado Kobane Calling, una extensa crónica de viaje que nació de un reportaje para Internazionale. Además, es italiana la revista Mamma!, pionera en el «giornalismo a fumetti». En los países de habla hispana se constata un creciente interés por el periodismo en viñetas: en Colombia (con proyectos vinculados con la memoria del conflicto o la entrevista de Power Paola a Liniers, quien a su vez había entrevistado en cómic a Les Luthiers); en Perú (donde el movimiento lo lidera Jesús Cossio y donde se editó la revista Cometa en cómic); en Argentina (donde los más activos tal vez sean Julián Gorodischer, en formato papel, y el equipo Documedia de la Universidad de Rosario, en formato transmedia), o en España (con la publicación de reportajes en viñetas en medios mainstream como El País, y de la primera novela gráfica periodística, Barcelona. Los vagabundos de la chatarra).

Narrativas autobiográficas

Uno de los ámbitos tradicionales de desarrollo del lenguaje del cómic ha sido el de la biografía de personajes famosos o ejemplares. A partir de Art Spiegelman en los años ochenta, esa posibilidad se expande a la autobiografía y la biografía familiar, en el marco del relato del trauma (en ese caso, del holocausto). En el siglo XXI, con autoras como Alison Bechdel se trabaja ampliamente la cuestión del género y lo queer; o con David B., el tema de la enfermedad. En España, Miguel Gallardo ha trabajado en esa dirección con sus dos obras sobre su relación con su hija María y con sus cuadernos de viaje humorísticos. En el contexto de la autorrealidad y del selfie, esas obras y tantas otras (de Craig Thompson a Guy DeLisle) cobran una relevancia particular por la dimensión artística y artesanal del lenguaje, que representa la confesión y la introspección en términos muy distintos a los escritos o audiovisuales. La enorme difusión de obras autobiográficas que cuentan la transformación del mundo árabe, como Persépolis de Marjane Satrapi o El árabe del futuro de Riad Sattouf, conecta estas narrativas en primera persona con la divulgación histórica y la opinión política.

Ensayo ilustrado

El cómic tiene una gran fuerza de divulgación, porque es para todas las edades (por lo menos, en teoría). La historia y la ciencia se han valido tradicionalmente de él para divulgar. En los últimos años destacan obras como Los mejores enemigos. Una historia de las relaciones entre Oriente y los Estados Unidos de David B. y Jean-Pierre Filiu, entre un panorama muy rico y surtido de libros de historietas que abordan todos los temas posibles, incluso la gastronomía o el cambio climático (un ejemplo de tratamiento divulgativo; otro más sofisticado). Si en el estricto cambio de siglo W.G. Sebald normalizó el uso de la fotografía en las narrativas ensayísticas y el libro de viaje, ahora ha sido Frederik Pajak quien ha creado otro género híbrido, que hace dialogar con normalidad dibujos y textos propios, sin que predomine ninguno de los dos lenguajes. El cómic es, además, cada vez más común en ámbitos académicos. Nick Sousanis ha publicado su tesis doctoral en cómic en la Universidad de Harvard. Y Una realiza trabajos de activismo y ensayo autobiográfico en ese lenguaje. Tal vez el pionero sea Scott McCloud, que usa el ensayo en cómic para pensar y para explicar el propio cómic como un lenguaje sutil y complejo.

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