Las noticias que se publican acerca del cambio climático son terriblemente impactantes y en general dejan poco espacio a la esperanza. Laura Faye Tenenbaum, divulgadora climática en la página web Global Climate Change: Vital Signs of the Planet y el blog Earth Right Now de la NASA, propone afrontarlo como un reto, como una oportunidad para preocuparnos por el planeta y llevar a cabo acciones para remediarlo. Laura Faye Tenenbaum es miembro del jurado del Premio Internacional a la Innovación Cultural que este año premia propuestas que encaren el reto del cambio climático.
Las noticias sobre el cambio climático son impactantes. Los casquetes de hielo se derriten, la temporada de incendios dura todo el año, sufrimos tormentas tremendas y las inundaciones, las sequías y los ciclones están batiendo todos los récords.
Además, este año será sin duda el más caluroso. ¡De la historia!
Como editora sénior de ciencias en la web NASA Global Climate Change, cada día recibo un aluvión de preguntas y comentarios del tipo: «No sé qué puedo hacer sobre el cambio climático», «¿Es demasiado tarde?» o «Me preocupa que ocurra una catástrofe terrible».
Y, sin embargo, cada mañana me levanto con ganas de ir al trabajo. Tengo energía, estoy motivada (muy motivada). ¿Por qué? Porque el cambio climático es el mayor reto de nuestras vidas, y los retos son lo que nos hace seguir adelante. Los retos son lo que nos mueve. Los retos ilusionan. Nos dan la oportunidad y la fuerza para crecer. Nos abren el camino para lograr cosas asombrosas. Sin retos, sin esfuerzos y sin molestias, nadie progresaría.
Sí, hemos utilizado combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas, que llenan nuestra atmósfera de dióxido de carbono y otros gases que retienen el calor. Ya sabes que eso ha causado un aumento en la temperatura de la superficie de la Tierra. Y sí, es cierto que hasta el 90% del calor lo absorben y almacenan los océanos. Y que el agua caliente se expande, lo que provoca, junto con el agua que se derrite de los glaciares y las capas de hielo y desemboca en los océanos, que el nivel del mar suba. Hemos añadido mucha energía térmica para calentar el agua del océano, y como el agua almacena bien el calor, seguirá así durante mucho tiempo.
Eso significa que mucho después de que hayamos abandonado los combustibles fósiles, incluso después de que hayamos dejado de calentar el medio ambiente, harán falta varios siglos para que el océano suelte todo el calor que ha almacenado. Así que tú y yo, y todos los habitantes del planeta a día de hoy, y muchas de las futuras generaciones, estamos metidos en esto para un buen rato. Vamos a notar el impacto del actual cambio climático a largo plazo. Lo que significa que tendremos que lidiar con retos extraordinariamente difíciles.
Pero no te cuento todo esto para asustarte, sino para empoderarte, para que podamos ponernos manos a la obra —tú y yo, juntos—. Sí, el calentamiento global es probablemente el mayor reto de nuestras vidas, pero negar la ciencia, intentar no afrontar la realidad o enfadarse hasta perder la esperanza no son soluciones.
¿Te imaginas que nosotros, los de la NASA, nos conformáramos con decir «Ay, no, eso es demasiado difícil» cada vez que encontráramos un obstáculo enorme? ¿Estás de broma? ¡Venga ya! ¿Te parece fácil instalar instrumentos científicos en un satélite y mandarlo al espacio? ¿Te parece fácil medir cómo se derriten los glaciares alrededor de Groenlandia, o medir el estado de las barreras de coral en el Pacífico, o calcular la proliferación de plancton en el Atlántico norte? Tenemos que lidiar con problemas, obstáculos y dificultades casi a diario. Eso es lo que significa experimentar. Y cuando la cosa se complica no nos rendimos a la primera de cambio. Seguimos trabajando. Así que aunque alguien tenga que ayudarnos a resolver un problema en cada paso de nuestro camino, nos emociona nuestro trabajo. Sabemos que el coraje y la determinación permiten llegar a cualquier sitio.
Y cuando un trabajador de la NASA dice cualquier sitio, realmente se refiere a cualquier sitio.
En la entrada del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, donde trabajo, hay un letrero que dice: «Atrévete a pensar en grande». Tal y como yo lo veo, el letrero se dirige directamente a mí. «Atrévete», me dice. No a intentar lo fácil, sino a afrontar el reto del cambio climático con confianza, fuerza y valentía. Y ahora os lo digo yo: atreveos.
Porque cuando intentamos hacer lo que parece imposible sucede algo especial, algo distinto a trabajar con un objetivo que sabemos que está a nuestro alcance. Así que no perdáis la fuerza, la confianza y la valentía. Seguid vuestro camino sin pensar en lo demás. Decidid que os vais a preocupar tanto por el planeta como para pasar a la acción.
Desde que nacemos, todos llevamos dentro un pequeño científico: tenemos curiosidad por entender cómo funciona el mundo. Todos tenemos ese lado científico. Y todos necesitamos luchar para seguir formando parte de la conversación sobre el cambio climático, incluso cuando lo que nos apetece es salir corriendo, incluso cuando hemos perdido la esperanza. Sobre todo cuando hemos perdido la esperanza, porque el cambio climático seguirá siendo uno de los temas más importantes de nuestro tiempo.
Así que encuentra algo en el mundo que te importe más que el esfuerzo o el reto. Encuentra algo en el mundo que sea tan importante para ti como para volcarte al máximo, porque tu dedicación es más importante que tus miedos o tus obstáculos.
¿Qué pasaría si decidiéramos emocionarnos por lo que el futuro nos puede deparar, en lugar de ver el cambio climático como una losa con la que tenemos que cargar? ¿Qué pasaría si, en lugar de salir corriendo, decidiéramos salir al encuentro del cambio climático con poder, energía y confianza?
¿Qué pasaría si revolucionáramos el mundo, no por quemar combustibles fósiles, sino por nuestro deseo de entender el medio ambiente?
La nuestra podría ser una historia sobre el valor de no rendirse y mirar hacia adelante.
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