A pesar de su creciente omnipresencia, no hay ninguna teoría filosófica fundamental de las redes sociales, y creemos que esto ha restringido el desarrollo técnico de las redes sociales a casos de utilización muy limitados. Proponemos desarrollar un discurso teórico sobre la nueva generación de redes sociales y desarrollar prototipos de software alternativos. Nuestro proyecto se centra en la pregunta: ¿qué es la individuación colectiva y cuál es su relación con la inteligencia colectiva?
Los actuales sitios web de las redes sociales y la ciencia de las redes se basan en el individuo en tanto que unidad analítica básica, con las relaciones sociales como simples “lazos” entre individuos. En contraste, este proyecto pretende abordar incluso a los seres humanos individuales como fundamentalmente conformados por sus relaciones sociales colectivas, partiendo de la percepción de Simondon de que la individuación siempre es simultáneamente psicológica y colectiva. Nuestra propuesta debería permitir nuevos tipos de imaginación social y de estructura social mediante la reelaboración del concepto de lo “social” en la era de Facebook.
Facebook y el problema de la individuación
El origen de las redes sociales: Moreno y Saint Simon
Uno de los ámbitos de investigación emergentes dentro de la ciencia de la web y del análisis de las redes sociales es el intento de analizar las redes sociales en términos de teoría de la red según se desprende directamente de la sociología. En la aplicación sociológica tradicional de la teoría de grafos, los individuos son considerados nodos y sus relaciones sociales se representan con aristas. En su totalidad, una red se puede considerar como una representación de determinadas relaciones sociales. Tal conceptualización parece ser el fundamento de una nueva disciplina que concilia la informática y la sociología y los estudios culturales. Nuestras preguntas parten de: ¿de dónde procede toda esta concepción? ¿Qué legitima su existencia? ¿Cuál es la consecuencia de tal conceptualización?
J. L. Moreno (1889-1974), psicólogo y fundador de la sociometría, fue uno de los primeros sociólogos en demostrar el valor de los planteamientos teóricos sobre relaciones sociales basados en los grafos. El ejemplo citado con mayor frecuencia es el trabajo de Moreno en la New York State Training School for Girls en Hudson, ¡donde los casos de fuga eran más de 14 veces superiores a la norma! Moreno lo identificó como una consecuencia de la red específica de relaciones sociales de las chicas en la escuela mediante la elaboración de cuestionarios sociológicos que le ayudaron a hacer “un mapa de la red”, y después utilizó el mismo modelo para proponer otro plan de asignación que redujo con éxito el número de fugas. La creencia en la representación de relaciones sociales mediante “gráficos” impulsó a Moreno a escribir que “puesto que no podemos ver el patrón del universo social, lo hacemos visible mediante los gráficos. Por tanto, la utilidad del gráfico sociométrico será mayor cuanto con más exactitud y realismo represente las relaciones descubiertas”. [1] Pero deberíamos estar atentos a que al hacerlo el gráfico ya no es una mera representación de relaciones sociales; estos mapas de las relaciones sociales también se deberían utilizar para llevar a cabo lo que Moreno llamó planificación social, que significa reorganizar las relaciones sociales “orgánicas” con la ayuda de redes sociales planificadas y tecnológicamente integradas. En este punto podemos identificar un aspecto del que la investigación aún no se ha ocupado de forma significativa y que Moreno ya propuso en 1941: la superposición de redes técnico-sociales sobre redes sociales preexistentes “produce una situación que coge a la sociedad desprevenida y la aleja cada vez más del control humano”. [2] Actualmente, esta pérdida de control es el problema central de las redes técnico-sociales y, a fin de abordar el fenómeno, proponemos cuestionar algunos de los presupuestos que se han ocultado en el desarrollo histórico del análisis de redes sociales.
A pesar de su mapeo explícito de las relaciones sociales, en realidad el análisis de redes sociales es una expresión extrema del atomismo social. Este planteamiento se tiene que entender sociológica y filosóficamente: El presupuesto de las redes sociales es que los individuos constituyen la red y por tanto los individuos –que en la sociología tradicional (si consideramos la Teoría del Actor-Red como una alternativa), tienden a ser humanos– son las unidades básicas inmutables de las redes sociales. Si hay alguna colectividad, hay que considerarla ante todo creada por la suma de los individuos y sus relaciones sociales incorporadas en tanto que individuos conectados en el grafo de la red. Esta concepción contrasta con lo que se ha entendido de forma generalizada en antropología: es decir, que existe un sentido en toda sociedad, comunidad u otro tipo de colectividad que va más allá de la simple suma de los individuos y sus relaciones. Históricamente, se puede ver que el desarrollo de colectividades en su forma originaria de familias, clanes, tribus, etcétera, incluso precede a la noción de individuo autónomo [3].
El resurgimiento de la sociometría debería ser atribuido a la proliferación de redes técnicas, y aquí tenemos que reconocer que hoy ya no son relaciones humanas lo que la sociometría mapea, sino prácticamente todo lo que pueda ser digitalizado o, para ser más precisos, todo lo que pueda ser representado como datos. La llegada de la sociedad en red, apoyada por las infraestructuras tecnológicas, refuerza aún más el concepto de sociometría, y también el espíritu de industrialización, que se remonta a Saint Simon. El sociólogo francés Pierre Musso demuestra que Saint-Simon fue el primer filósofo que conceptualizó plenamente la idea de redes gracias a su comprensión de la fisiología, que luego utilizó para analizar ámbitos muy diferentes, si bien de una forma más imaginativa que concreta, como haría posteriormente Moreno.[4] De hecho, Saint Simon concibió redes que incluirían las comunicaciones, los transportes y similares, y defendía la idea de red tanto en su acepción primaria como en cuanto que herramienta de transformación social. Saint Simon está convencido de que a través de la industrialización se puede crear un estado socialista mediante la redistribución de la riqueza y los recursos de los ricos hacia los pobres, de los inteligentes a los menos inteligentes, de la misma manera que un organismo alcanza el equilibrio interno al desbloquear todas las vías de circulación.
Hoy sabemos, gracias a la historia, que la sociología de Saint Simon era ciega a la cuestión de las clases sociales que más tarde analizaría Karl Marx en Das Kapital. La visión que Marx tenía de la sociedad frecuentemente se ve falseada como planificación social, que es más o menos la codificación de colectivismos a la manera soviética. Moreno criticó esta imagen distorsionada de Marx y propuso que “la próxima revolución social será de tipo ‘sociométrico’. Las revoluciones de tipo socialista-marxista están pasadas de moda; no lograron responder a la sociodinámica de la situación mundial”. Quizá actualmente Facebook demuestre el anunció de Moreno, como dirían algunos de los principales escritores sobre tecnología, pero de hecho lo que Moreno quiere decir con ello se tiene que discutir más, especialmente el concepto de espontaneidad. La visión industrial claramente anticuada de Saint Simon ni se considera, pues es obvio que el socialismo no se produce de forma natural mediante la industrialización; pero lo que sí es nuevo es la idea de una nueva sociedad democrática (probablemente podríamos llamarla “democracia Facebook”) libre de fricciones gracias a la mediación de las redes. Lo mismo sucede con Moreno, la revolución sociométrica nunca se libra de su propia sombra.
Alienación y desindividuación
La representación gráfica de las redes sociales como nodos y líneas refuerza la percepción de Moreno y Saint Simon de que las relaciones sociales siempre existen en la forma de una unidad atómica que reacciona a otra. Esta imagen, con su obvia tendencia hacia la visión, se ha convertido en el paradigma central para comprender la sociedad y los sistemas tecnológicos. Sin embargo, toda imagen es también una mediación entre sujeto y objeto que preconfigura –o preprograma– un determinada intuición del mundo [5]. Podemos imaginar que la imagen misma de una red social en tanto que meramente líneas y puntos limite la innovación, pues no es capaz de explicar o de representar gráficamente a ninguna colectividad que no tenga al individuo en su centro, sino que representa siempre solo consecuencias o productos secundarios del mapa de átomos interconectados. Esto es algo que Moreno olvidó o que no pudo ver en su época: la materialización de las relaciones sociales, no en forma de gráficos sobre papel, sino de datos controlables almacenados en un ordenador que mediatizan las acciones de los usuarios. Lo que Moreno llamó revolución sociométrica es el postulado de que a través de cierta planificación sociométrica se puede potenciar la espontaneidad de las interacciones humanas. Moreno extrajo este conocimiento del largo tiempo que trabajó en el psicodrama, que se basaba en lo que criticaba de los psicoanalistas, especialmente de Freud; que no podían “ser actores”. Pero lo que queremos señalar es, en primer lugar, que ver a cada individuo como un átomo social ya implica una forma extrema de individualismo que intrínsecamente rechaza la posición del colectivo; en segundo lugar hoy, cuando la visión sociométrica se materializa en los sitios web de las redes sociales, lo que está en juego es precisamente la fe del propio Moreno en la espontaneidad y la cuestión de la individuación.
Los sitios de redes sociales como Facebook entran dentro de este paradigma, pues proporcionan solo representaciones digitales de relaciones sociales preexistentes en un espacio social más rico, y permiten nuevas asociaciones basadas en la emergencia de diferentes algoritmos de descubrimiento. La existencia misma de Facebook se basa en gran parte en el presupuesto del individualismo, pues la unidad primaria en Facebook siempre es el perfil Facebook del individuo. Siempre podríamos recordar la idea original de Facebook según nos fue presentada en la película: el joven Mark Zuckerberg creó Facebook como una herramienta para expresar su deseo sexual; es decir, una economía libidinal intrínsecamente individualista. Hoy, esta explotación de la economía libidinal no es nada nuevo; en las últimas décadas ya hemos visto la explotación de la energía libidinal en el consumismo [6]. A principios del siglo XX Edward Bernays, el padre de las relaciones públicas, adoptó el psicoanálisis en sus técnicas de márqueting e integró la economía de los productos de consumo y la economía libidinal. Los cínicos que están tan acostumbrados a burlarse de las lecturas psicoanalíticas de los anuncios quizá tengan que dar marcha atrás al descubrir que, de hecho, Bernays es sobrino de Sigmund Freud.
Bernays contrató a psicoanalistas para que participaran en el diseño de estrategias de márqueting. Uno de los ejemplos más conocidos es el de la promoción del negocio del tabaco, pues en aquella época en los Estados Unidos no había muchas mujeres que fumaran. Bernays contrató artistas de cine femeninas para que fumaran en público; esto crea un circuito de economía libidinal que se tiene que completar mediante el acto de fumar, que es lo mismo que decir comprar el cigarrillo. Hoy ya no se trata simplemente de cigarrillos, sino de cualquier bien de consumo. Vemos que en el cuerpo del ser humano se completa un circuito: primero, por la explotación del cuerpo; después, por el control del deseo de los trabajadores de acelerar el proceso de circulación. En Facebook parece que los usuarios sigan su propia voluntad al ejecutar acciones, pero en un sistema tan tecnológico, la visión, las acciones tienen que adoptar las configuraciones y funciones del sistema. En general, en otros sitios se desalienta activamente la existencia de los perfiles de grupo Google+ o los perfiles anónimos. No se puede negar que estas redes sociales son capaces de unir a la gente y de constituir grupos cuyas actividades van de la compras a la protesta. Sin embargo debemos ser cautelosos, pues en términos económicos estos grupos son externalidades positivas. Estos sitios web de las redes sociales dan apoyo solo a un pequeño número de acciones colectivas, pero en cambio han sido optimizadas para que los individuos hagan el mapa de su propia red de amigos, de manera que los individuos pueden comentar los posts de los otros y clicar en operaciones individuales muy básicas como “Me gusta” y “Quiero”, de las que cada vez está más plagada toda la Web.
Cuando se considera a los usuarios como átomos sociales a los que se puede superponer a una red tecnológica, la espontaneidad y la innovación dentro del colectivo se entregan al control de las redes, que se rigen principalmente por el márqueting intensivo y el consumismo destinados a los individuos [7]. Es obvio que las redes sociales se han convertido en un instrumento tanto para expresar como para controlar el deseo de los usuarios. El sujeto es un átomo, y dentro de las redes sociales, la subjetivación se convierte en un proceso de ingeniería sujeto a un monitoreo y un control cuidadosos que ha sido pensado por teóricos como François Perroux [8] como fuente de un nuevo tipo de alienación. No es completamente diferente de la alienación que describía Marx en Das Kapital y que era el resultado de hacer que los obreros se adaptaran al ritmo de las máquinas, de manera que el obrero pierde el control de su energía vital y en última instancia de su tiempo para reflexionar y actuar. Cuando Marx describe las fuerzas vitales del colectivo, utiliza la palabra alemana Naturwüchsigkeit, que se puede traducir literalmente al inglés por “nature-growth-ness” (pseudonaturalidad), que es similar a lo que Moreno llama espontaneidad [9]. Si podemos introducir aquí una crítica existencial, entonces podemos decir que el tiempo –y por tanto la atención de cada átomo social– es cortado en pedacitos y dispersado en las redes por las actualizaciones de estado, las interacciones, la publicidad, y similares. Esta forma de colectivo que es exactamente lo que Martin Heidegger llamaría ‘das Man’, los “ellos” que agotan el tiempo de uno sin dar significado a la propia existencia de uno. De hecho, Bernard Stiegler mantendría que estos átomos sociales construidos no son individuos, no son realmente “individuos”, sino “desindividuos”, pues parecen haber perdido la capacidad de actuar y de relacionarse excepto dentro del instrumento de una red social atomística [10].
Ingeniería social e ingeniería técnica
La sociometría de Moreno como respuesta tanto al materialismo económico de Marx como al materialismo psicológico de Freud actualmente se encuentra en su propio callejón sin salida. En sus teorías, ni Moreno ni Saint-Simon consideraron las redes digitales y las telecomunicaciones; y sin embargo, el materialismo tecnológico hoy está ligado a esta nueva red digital económica, psicológica y tecnológica.[11] La sociedad está mediatizada por los datos. Sitios como Facebook utilizan grafos de conexiones personales para predecir y por lo tanto “recomendar” productos, produciendo así deseos en el individuo que muestran que el individuo autónomo de hecho está conformado no solo por sus relaciones en la red, sino por la existencia de la red misma. Mientras que Internet es una red distribuida y descentralizada, la industrialización revierte este principio a fin de mantener simplemente un grafo social de las dimensiones de Facebook, pues analizarlo requiere una inmensa centralización. Al mismo tiempo crea una realidad técnica, con el engaño de ser un defecto no modificable. Y sin embargo, tenemos que preguntarnos: ¿es Facebook una colectividad social, o solo la imagen falsa de la misma? Yendo más allá del grafo social, tenemos que entender otras posibilidades de “redes sociales”.
La ingeniería social de Facebook se apoya en sus múltiples prestaciones, que van desde compartir funciones “Me gusta” hasta configuraciones de privacidad. Aquí vemos la unificación de ingeniería social e ingeniería técnica, que también plantea ingentes retos a la humanidad. Será necesario examinar cómo estas realidades son creadas y aceptadas; por ejemplo, si uno intenta salir, lo pierde todo, incluidas las relaciones sociales, los datos del perfil, la posibilidad de comunicar con amigos. Incluso cuando utilizamos sitios de redes sociales, los individuos y las expresiones están condicionados por las capacidades permitidas según las características del sitio web y hay desde poca privacidad hasta ninguna. No podemos elegir ser anónimos; por otro lado, la verificación de identidades es algo cada vez más importante para la industria.
Puede haber consideraciones políticas; por ejemplo, en China las redes sociales exigen a los usuarios que demuestren su identidad mostrando el carnet de identidad, y esto podría ser en respuesta al hecho de que el tema del anonimato se está haciendo cada vez más importante para la democracia y la transparencia, como ha demostrado Wikileaks. Incluso hay una demanda de anonimato; el canal japonés Ni Chanel(2ch), que funciona totalmente basado en el anonimato, se ha convertido en uno de los sitios web para redes sociales más populares en Japón. Estas características obviamente serían vitales para los de Oriente Medio, Londres, España y #OccupyWallSt. Si la subjetivación dentro de las redes sociales es un proceso de ingeniería, lo que es necesario es producir un nuevo tipo de pensamiento y una nueva forma de redes sociales. Parte de este pensamiento se puede ver en algunos eslóganes: portabilidad de datos, privacidad y posesión personal de datos. Estos eslóganes son respuestas naturales a la monstruosa capacidad de las redes sociales para crear “espacios protegidos” con los datos personales. Aunque estos eslóganes son importantes para luchar contra la dictadura de Facebook, aún les falta una reevaluación global de Facebook y una visión de una red social alternativa que no sea meramente una respuesta inmediata.
Proyecto, proyección e individuación colectiva
Simondon y la individuación colectiva
Así que proponemos un replanteamiento desde la perspectiva de lo colectivo como remedio al enfoque individualista de las redes sociales actuales. La sociometría exige un mapeo que se está haciendo cada vez más y más preciso y que refleja las probabilidades de conexiones, interacciones, márqueting; es decir, de una individuación que conduce a “desindividuos”. ¿Podemos pensar en un nuevo tipo de individuación que no pueda ser reducida a estadísticas y cuyo poder solo se base en la ambigüedad en lugar de en las precisiones? El filósofo francés Gilbert Simondon propuso en su libro L’Individuation psychique et Collective un modelo de individuación que puede ser terapéutico para la actual catástrofe tecnológica.[12]
Simondon sugiere que la individuación es siempre tanto psíquica como colectiva. Lo que Simondon quiere decir por individuación psíquica se puede considerar como la individuación psicológica de los individuos, por ejemplo bajo situaciones de ansiedad, aflicción, enfado, etc. Simondon también pone el énfasis en la individuación colectiva. Para Simondon, individuos y grupos no son dos opuestos, en el sentido de que mientras está en el grupo la persona pierde su singularidad, como se consideraba en el colectivismo de tipo soviético. Al contrario, el individuo y el grupo constituyen un proceso constante de individuación. Para Simondon, la individuación psíquica es más una individualización, que también es una condición de la individuación, mientras que la individuación colectiva es la que lleva al individuo a una transformación constante. Por tanto podemos entender que la naturaleza, de hecho, no está en oposición al ser humano, sino que más bien es la fase primaria del ser, del ser humano; y el medio técnico creado por ellos constituye la segunda fase del ser, que si se nos permite decirlo, es la individuación técnica propuesta por Bernard Stiegler.
Simondon por tanto rechazó la microsociología y la psicología americanas, lo que incluye indirectamente la sociometría de Moreno (se la considera un tipo de microsociología), por ser substancialismo. El enfoque substancial de los individuos y de los grupos ignora fácilmente la dinámica de lo social y ve lo individual y lo colectivo como interioridad y exterioridad que tienen que ser separadas. Este enfoque es presa del psicologismo y del sociologismo extremos. Simondon, en cambio, propone pensar la individuación como una dinámica necesaria entre individuos y grupos. Distingue entre “in-group” y “out-group”, y sugiere concebir el “in-group” como un intermedio entre los seres individuales y el “out-group”. Simondon considera la individuación como un proceso de cristalización. Considerando una solución supersaturada en proceso de cristalización, al absorber energía, cada ion individual se transforma según las relaciones con otros, este es su milieu. Lo que Simondon intenta provocar es evitar la cuestión social como una cuestión de forma, que también es una cuestión de normas, y considerarla como una dinámica de la distribución de la energía. La cristalización es un proceso que, aunque en última instancia produce una forma, por ejemplo la identidad de un cristal específico, al mismo tiempo también es un proceso que depende menos de la forma (siempre podemos averiguar las formas) y más de la distribución de energía y materia. Se puede percibir cierta similitud entre Moreno y Simondon en este respecto, que es la espontaneidad de “in-group” y “out-group”; y es también por esta razón que creemos que la técnica sociométrica de Moreno, aunque pueda ser utilizada actualmente para analizar redes sociales como Facebook y Twitter, también comporta el gran peligro de que la ingeniería social retroceda al psicologismo y al sociologismo.
Los proyectos como la unidad básica del grupo
Quizá queramos preguntarnos: lo que hemos visto en Facebook, ¿acaso no es ya una individuación psíquica y colectiva? Es cierto que para los simondonianos la filosofía puede ser una herramienta para analizar las relaciones sociales, pero tenemos que ir más allá del límite de que los pensamientos son meramente herramientas de análisis y aceptar que son también herramientas de transformación. Como hemos visto, Facebook individúa en primer lugar a individuos atomistas, y nosotros en cambio proponemos empezar desde lo colectivo, a fin de replantear la relación entre el individuo y el colectivo. En lugar de un átomo social, tenemos que descubrir cómo una red social colectiva cambia y conforma al individuo y considerar este fenómeno como el que tiene primacía. Esta será una red social que permita la individuación colectiva, pero también como un remedio a la intoxicación industrial y la explotación de la energía libidinal.
Por tanto queremos reflexionar sobre la cuestión del grupo y queremos proponer que lo que distingue un colectivo de un individuo es el elemento de proyecto común que tienen los grupos. Tomemos como ejemplo Ushahidi, un sitio web que proporcionó capacidades de mapeo después del terremoto de Haití de 2010 para ayudar a Haití a recuperarse de la crisis. Utilizando una plataforma basada en la web, Ushahidi permitió a los voluntarios tanto locales como extranjeros recoger mensajes SMS con un código especial para hacer un mapa de la crisis a fin de ayudar a salvar a personas que de otro modo podrían haberse perdido. Después del terremoto y del tsunami de Japón en 2011, ingenieros japoneses desarrollaron un mapa de los daños del tsunami y de las emergencias a atender mediante el análisis de tweets y otros medios de comunicación sociales. La dinámica de estos proyectos va mucho más allá de simplemente colgar actualizaciones de estado, y permite a la gente trabajar conjuntamente de forma dinámica para unos objetivos comunes. Es el momento de la formación de proyectos el que permite a los individuos individuarse a través del colectivo y el que, por tanto, da significado al individuo. En Facebook se puede establecer un grupo, una página, un acontecimiento que parece que vaya a propiciar la aparición de un proyecto común, pero Facebook no proporciona las herramientas para una individuación colectiva basada en la colaboración.
Pasando de un modelo filosófico a su realización en un sistema técnico, proponemos que el sitio para las redes sociales debería existir como un conjunto de herramientas que permitan la creación y la gestión colectivas de un proyecto. La inteligencia colectiva se activa en la medida en que el grupo utiliza con éxito sus habilidades humanas y técnicas para lograr sus propósitos. Un usuario debe pertenecer siempre a un proyecto, sin el que él o ella no será capaz de utilizar plenamente sus características; y los proyectos son definidos por los grupos. Este es un primer intento de abordar el individualismo propuesto en el actual paradigma de las redes sociales. Cada proyecto viene definido por un objetivo y por unos requisitos a cumplir de acuerdo con lo iniciado colectivamente y actualizado por miembros del grupo. Se asignarán tareas a los usuarios, bien en la forma de individuos o subgrupos; el progreso de las tareas se monitorizará y se indicará. Sin embargo, el colectivo no debería ser estático sino dinámico; los grupos se pueden fusionar para formar proyectos más amplios, y también un proyecto puede ser dividido entre colectivos más pequeños. Los grupos pueden descubrirse mutuamente y comunicarse para buscar posibilidades de colaboración y de compartir la información.
Estudios de casos y posible marco de trabajo
En nuestro proyecto “Social Web”, examinamos algunos de los modelos existentes, incluida Wikipedia, algunas plataformas de código abierto y proyectos alternativos de las redes sociales como Lorea, Federated General Assembly, Crabgrass y Diaspora, así como también sitios web poco usuales para redes sociales tales como Ni Channel y NicoNico Douga en Japón. Algunos de estos grupos ya demuestran la valía de los grupos y proyectos, por ejemplo el proyecto enciclopédico de Wikipedia, y también Lorea y Crabgrass, en cuanto a crear redes sociales alternativas que propician grupos y espacios de trabajo comunes. También reconocemos que, aunque cada uno de ellos posee algunas de las características de colaboración necesarias para un nuevo tipo de red social, realmente no incorporan el concepto de individuación a los fundamentos de sus diseños. Además de volver a la prioridad de los grupos y de poner el énfasis en la gestión de grupo, también sugerimos otras características técnicas para esta concepción de red social colectiva:
- La red existe principalmente como comunicación social dirigida, destinada a un proyecto, y para que esto sea posible se le deberían añadir los diferentes foros de lenguaje naturales tales como debates y wikis. Sin embargo, a diferencia de las redes sociales tradicionales, el propósito del sitio web para redes sociales será ayudar a los usuarios a guardar y perfeccionar los datos, y los datos se guardarán en un formato abierto como RDF. Los usuarios y grupos tienen autorización para gestionar los datos del proyecto y para recuperarlos utilizando el marcado y la búsqueda. El mapeo se debería utilizar como un medio, posible y fácil de interpretar, para comprender la recogida colectiva de datos.
- Para los proyectos colectivos se podrá permitir el anonimato bajo determinadas condiciones (por ejemplo el grupo es totalmente anónimo, o el grupo decide abrirse al anonimato). Por ejemplo, en Ni Channel, una de las razonas por las que el inventor quiere que sea anónimo es para que no haya una segregación que podría perjudicar la formación de colectivos.[13] Solo el colectivo debería poder acceder a los datos personales, y ni siquiera quienes administran el servidor deberían poder acceder a ellos. En cuanto a la seguridad de las redes, en primer lugar los datos en los servidores se encriptarán mediante la implementación de infraestructuras de claves públicas, y el grupo se definirá por las claves públicas compartidas. Por tanto ni el ISP ni los administradores del sistema podrán acceder a los datos en el servidor. En segundo lugar, los datos se guardarán distribuidos en múltiples servidores a fin de minimizar las consecuencias de los ataques.
Conclusiones y tareas futuras
El esbozo precedente es una introducción al marco filosófico de un proyecto financiado de “web social”. Para nosotros Facebook representa una industrialización de las relaciones sociales hasta el extremo de que transforma lo “social” en un individualismo totalmente “atómico”. La idea de Saint Simon de un socialismo basado en la creencia en el bien común y el bienestar de los individuos a través de la construcción de redes se considera un fracaso, pero la relación entre red y sociedad adquiere una forma más agresiva en la era de los omnipresentes metadatos. La técnica sociométrica de Moreno probablemente hoy tenga su mejor amigo en Facebook y en otros instrumentos de las redes sociales, pero celebrar el resurgimiento de la técnica sociométrica no es más que ignorar el peligro que plantean los presupuestos de tal teoría y el desarrollo tecnológico. Nosotros proponemos que, hoy, la informática social tiene que ir más allá de las humanidades digitales tradicionales que proponen analizar la transformación social tomando en cuenta las tecnologías; será mucho más fructífero seguir lo que Stiegler llama farmacología, que es decir que la tecnología es buena y mala al mismo tiempo, pero que es necesario desarrollar un enfoque terapéutico contra la toxicidad por ella generada, que en nuestro caso es Facebook(s).
La individuación colectiva propone que otra red social es posible, y es necesario considerar una economía que sea mucho más que márqueting, tasa de clics, número de usuarios, etc. Para nosotros, un proyecto también es una proyección, que es la anticipación de un futuro común del grupo. Mediante la vinculación de grupos a proyectos, queremos proponer que la individuación siempre es temporal y existencial, en lugar de meramente social y psicológica; y que la proyección de una voluntad común para un proyecto produce una coindividuación de grupos e individuos. El proyecto está en desarrollo, pero esperamos que el resumen precedente muestre el problema de las redes sociales y los límites de las humanidades digitales (especialmente las que abarca la sociometría) en cuanto a entender la informática social, y está claro que un nuevo método para el desarrollo de software es posible y urgente.
[1] J. L. Moreno, Who Shall Survive? Foundations of Sociometry, Group Psychotherapy and Sociodrama, Beacon House Inc. Beacon, N. Y. 1978.
[2] J. L. Moreno, ‘Foundations of Sociometry: An Introduction’, en Sociometry, American Sociological Association , Vol. 4, Nº 1 (feb. 1941), pág. 15-35.
[3] Esta visión del individualismo también ha sido adoptada en los estudios económicos desde Adam Smith, quien vio la división del trabajo como un desarrollo natural y el intercambio entre individuos como el origen de la vida económica.
[4] P. Musso, ‘Aux origines du concept moderne: corps et réseau dans la philosophie de Saint Simon’. En Quaderni. Nº 3, Hiver 87/88. pág. 11-29. doi: 10.3406/quad.1987.2037.
[5] También podemos hablar de la Weltbild desarrollada por Heidegger, donde Heidegger mostró que una imagen no es solo una representación del mundo, sino también que el mundo puede ser controlado y manipulado como una imagen.
[6] Bernard Stiegler, For a New Critique of Political Economy, Polity, Londres, 2010.
[7] Despues del botón de “Me gusta”, Facebook anunció en septiembre de 2011 la introducción de un botón de “Quiero” diseñado para márqueting, http://www.auctionbytes.com/cab/abn/y11/m09/i23/s01
[8] El economista francés François Perroux cogió el tema de la industria y la transformación social de Saint-Simon y desarrolló una visión de creación colectiva en la que los humanos y las máquinas actúan los unos sobre los otros, y a través de la estandarización de los objetos los seres humanos pueden renovar su estilo de vida y producir un sistema de “creación autocolectiva”. Cabe señalar que Perroux también recibió la influencia de Schumpeter, especialmente el concepto de destrucción creativa.
[9] Por tanto deberíamos reconocer la problemática de la crítica de Moreno sobre Marx, y quizá podamos desarrollar una nueva relación entre Moreno y Marx.
[10] B. Stiegler, États de choc : Bêtise et savoir au XXIe Siècle, Mille et une Nuit, 2012, p. 102-105, donde propone tres tipos de desindividuación: en primer lugar, la regresión a lo puro social, y lo puro social es la forma de vida animal; en segundo lugar, el proceso de eliminación de la necesidad de trabajo especializado por la introducción de las tecnologías, por ejemplo cuando los artesanos tuvieron que trabajar en las fábricas y abandonar sus propias destrezas y forma de vida; en tercer lugar, el proceso de “poner entre paréntesis” la individuación previa que produce un “salto cualitativo” y supera el umbral de la transformación psíquica. Según Stiegler, estos tres tipos de desindividuaciones no se pueden separar.
[11] J. L. Moreno, The Future of Man’s World, New York Beacon House, Psychodrama Monographs, 1947.
[12] Gilbert Simondon, L’individuqtion Psychique et Collective, à la lumière des notions de Forme, Information, Potentiel et Métastabilité, París, Editions Aubier, 1989 y 2007.
[13] Satoshi Hamano, Architecutre no seitaikei: Johokankyo wa ikani sekkeisaretekitaka (Ecosystem of Architecture), traducción china, Taiwan, 2011.
tramar | 24 marzo 2014
Artículo muy interesante.
Sólo remarcar que hay un error en la traducción: no es individuación «física» pero «psíquica».
Equip CCCB LAB | 25 marzo 2014
Perfecto, gracias y disculpa el error. Ahora lo corregimos.
Jhon Velasco | 24 febrero 2016
Buenos Dias.
Me interesa el tema de la individuaciòn en Facebook. Me encuentro desarrollando una investigaciòn al respecto desde una perspectiva sociològica…Podríamos compartir bibliografía acerca del tema..
Gracias
Equip CCCB LAB | 25 febrero 2016
Muchas gracias por tu comentario John.
Puedes mandarnos todo lo que quieras a lab @ cccb.org y vemos como podemos colaborar.
El enfoque que planteas parece muy interesante.
Ontologias – DIEPIXEL.COM V1 | 13 mayo 2023
[…] Collective Individuation […]
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