Charles Leadbeater y la «cultura de la nube»




A lo largo de las cuatro temporadas del ciclo I + C +i ha ido creando un dibujo de los conflictos que condicionan la práctica cultural en la actualidad: la creación colectiva, la llamada a la participación, la crisis de la propiedad intelectual , la aparición del prosumer, los nuevos formatos, la convergencia de medios y la nueva economía. La última sesión de este año, el 14 de diciembre está dedicada a la economía distribuida y la cerraremos con una charla de Charles Leadbeater sobre la Cloud Culture (cultura de la nube), un tema que, a modo de síntesis, aglutina todos los conceptos tratados a lo largo del ciclo.

Charles Leadbeater es un periodista de economía convertido en consultor de innovación. Su último libro We Think: The power of mass creativity (2008) explora cómo la red está cambiando nuestro mundo, creando una nueva cultura en la que cada vez más gente puede participar, compartir y colaborar, tanto en lo que respecta a ideas como información. Leadbeater es experto en el aumento de la economía del conocimiento e Internet, y ha estudiado ampliamente lo que él llama «The Pro-Am Revolution» : Los profesionales-amateurs (los contribuidores de que nos hablaba Bernard Stiegler) que demuestran como el trabajo en línea independiente puede tener gran impacto en la política, la cultura, la economía y el desarrollo.

Este año Counterpoint (el Think Tank del British Council) le ha encargado escribir un paper sobre la Cultura de la nube (Cloud Culture), de la que nos hablará en esta sesión. Según Leadbeater estamos entrado en una nueva era de Internet, donde gracias a la computación en nube (cloud computing) surge la cultura de la nube (cloud culture).

En el mundo de la computación en nube nuestros datos (mails, documentos, imágenes, canciones …) se almacenan remotamente en una nube digital a la que podemos acceder desde cualquier dispositivo que queramos y cuando queramos (pensemos en la consulta del mail desde un móvil). En este contexto, compartir programas e información cobra mucho sentido, al menos en teoría, ya que abona el terreno para la innovación y la creatividad. Un ejemplo son las plataformas de software libre, que  se han creado de este modo. Como en el cielo, hay muchos tipos de nubes digitales: hay comerciales (Google o Amazon), sociales (Wikipedia) o públicas (The World Digital Library), que a su vez pueden ser abiertas (Twitter o Wikileaks) o cerradas (Gobiernos), o también permanentes (las nubes científicas, como por ejemplo las que hay en el entorno del CERN) o transitorioa y emergentes (como las campañas de marketing viral). El aumento de las nubes digitales cambiará la cultura, la creatividad y la relación entre ellas: el almacenamiento de datos en las nubes, la expansión de la banda ancha, las nuevas tecnologías de búsqueda, el acceso a través de nuevos dispositivos deberían crear una cultura más accesible y conectada, aumentando la capacidad expresiva de la gente, en una gran nube Pro-Am.

Pero esta cultura de la nube topa con tres grandes amenazas para las que propondrá soluciones durante la sesión. Por un lado la del control de los poderes que hasta ahora habían dominado y prescrito el discurso (gobiernos, empresas, etc.) que ven como la nube permite una mayor diversidad de expresiones culturales, descentralizadas, plurales y colaborativas donde se desdibujan las fronteras entre lo amateur y lo profesional y entre consumidor y productor. Por otro, la de los propietarios del copyright que ven Internet no como una tecnología de libertad cultural sino de destrucción de su modelo de negocio, y que reaccionan aumentando la normativa que dificulta compartir. Y por última la de los capitalistas de la nube (cloud capitalists), los nuevos magnates mediáticos (Facebook, Google, Apple, Twitter …) que bajo el pretexto de prestar servicios, organizan la nube para sacar rendimiento económico.

Leadbeater dibuja un mapa de la situación y advierte de la importancia que la nube sea rica y plural, porque el verdadero potencial es el de una nueva cultura global de lo común (global cultural commons) que sólo permanecerá abierta si resiste a las amenazas de cerrarla y controlarla. El conflicto entre el aumento de la colaboración en masa y los intentos de mantener el control desde arriba hacia abajo (top-down) serán una de las batallas de nuestro tiempo.

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