La crisis (de los museos) como oportunidad

El verdadero cambio no es tecnológico, sino de actitud. Por eso hay que repensar en el nuevo contexto cultural y trabajar en estrategias de cambio a largo plazo.

Sorry We're Open, Amsterdam. Joe Futrelle. CC-BY-SA

Sorry We’re Open, Amsterdam. Joe Futrelle. CC-BY-SA

Un año más asistimos a Museum Next, la conferencia europea sobre tecnología, innovación y museos, que se ha celebrado en Ámsterdam. En esta edición, la crisis económica, que ha supuesto un importante recorte de recursos, ha hecho emerger con fuerza una idea que siempre había estado presente en las diferentes ediciones de Museum Next y que en esta sonaba como un mantra: el verdadero cambio no es tecnológico, sino de actitud. De ahí la necesidad de repensarnos en el nuevo contexto cultural y trabajar en estrategias de cambio a medio y largo plazo.

¿Cómo adaptarnos al cambio? Idealmente se recomienda apretar el botón de «PAUSA» y pensar hacia dónde queremos ir y cómo podemos hacerlo. Dos de las presentaciones principales de Museum Next abordaban precisamente el proceso de transformación que han sufrido dos museos que han reabierto puertas después de un tiempo de inactividad por reformas: el Rijks Museum (después de diez años, volvió a abrir el pasado mes de abril) y el Cooper-Hewitt National Design Museum de Nueva York (tiene previsto retomar su actividad en 2014). La restauración de estas instalaciones ha ido vinculada a un replanteamiento de su misión, su rol y su estrategia futura. De su experiencia de cambio se desprende que ya no podemos concebir el museo como un contenedor con compartimentos estancos, sino como un todo que integra edificio, programación, colección, comunidad y actividad en línea con una estrategia a largo plazo que marca la ruta a seguir y lo enhebra todo.

Sin embargo, los contextos y las situaciones económicas de cada institución son muy diferentes y para muchas organizaciones parar máquinas aún es un lujo y/o una utopía. La inercia de la actividad diaria impide mirar el horizonte. Decir que el verdadero cambio es de actitud significa ser conscientes del nuevo contexto e incorporar, poco a poco, nuevas miradas, pequeñas novedades, probar, aprender de los errores… Si las reformas a gran escala no son el objetivo de vuestro museo, en este artículo también recogemos algunas de las ideas, los proyectos, los procesos y las formas de trabajo que demuestran que los pequeños cambios también son poderosos.

Cerrado por reformas. La importancia de (re)pensarse

El edificio del museo nacional de diseño de Nueva York, el Cooper-Hewitt, está en obras, pero su web (que sigue muy activa) nos informa, con un vistoso cartel, que hay muchas cosas que se cuecen en su interior. El responsable de la estrategia digital del museo, Seb Chan, explicó en Ámsterdam lo que puede suceder en las entrañas de un museo cuando, aparentemente, parece que no tiene actividad. Dado que Chan concibe el museo como un todo que integra la parte física y la digital, haber cerrado el edificio no supone ningún problema, sino una oportunidad. Estas son las claves de la transformación del Cooper-Hewitt:

  1. Definir una meta: «Embed digital in the organisation and the fabric of the building». El edificio del Cooper-Hewitt se está reformando y no abrirá hasta 2014, pero el equipo no ha dejado de producir actividades en otros espacios de la ciudad y aprovechan ese tiempo, entre otras cosas, para digitalizar cuanto hacen.
  2. Formar un equipo. Han apostado por la formación y por la creación de equipos potentes («hire people smarter than you»).
  3. Tomar decisiones irreversibles. Aunque parezca atrevido, Chan defendió la toma de decisiones radical para marcar el inicio del cambio. En solo tres meses, el Cooper-Hewitt liberó toda su colección para ponerla a disposición del público.
  4. Acelerar la producción propia: «Cualquier proyecto utópico supone el error de forma innata», explicó Chan. Y eso es lo que han hecho desde el Copper Hewit Labs: prototipar, probar y experimentar con proyectos sin tener miedo al error.
  5. Colaboración promiscua. Estar en contacto y trabajar con otros agentes culturales es básico. En su caso, por ejemplo, decidieron dar la colección a Google Art Project.
  6. Marcar un ritmo de lanzamientos. La generación de productos y prototipos debe mantener un ritmo regular de lanzamiento de proyectos: desde la digitalización de catálogos antiguos, la creación de e-Books de forma sencilla y a bajo coste, hasta la puesta en marcha de experimentos no oficiales con la colección como la iniciativa Curatioral poetry o Berg Littler Printer. Es lo que Chan denomina Institutional Wabi-Sabi: hacer convivir la imperfección, el caos y el cambio en la producción de la institución.
  7. Centrarse en el cambio a largo plazo y apostar por prácticas curatoriales, más que en la propia tecnología. Por ejemplo, la colección en línea del Cooper-Hewitt está conectada con enlaces a otros museos, Wikipedia y bibliotecas. «Hay que dar a todo y a todo el mundo un espacio en la red y utilizar las nuevas herramientas para comisariar el mundo», dijo Seb Chan.
  8. ¿Los indicadores del éxito? Mayor diversidad de visitantes, el aumento de la duración y repetición de la visita, así como la satisfacción del usuario, la innovación interna y la mejora de la capacidad de la colección son los indicadores del renovado Cooper-Hewitt.

Según Seb Chan, deberíamos dejar de ver el museo como una autoridad y entenderlo como un proveedor de servicios en que la tecnología actúa como amplificador. Chan finalizó su presentación con una aclaración para todos los asistentes: no había hablado del futuro del Cooper-Hewitt sino del futuro de todos nosotros. Podéis ver la presentación completa aquí.

El Rijks Museum o abrir tu colección para inspirar a la gente

Después de diez años de renovación, el pasado mes de abril el Rijks Museum de Ámsterdam reabrió con las salas del edificio restauradas y una potente estrategia digital y de comunicación que Peter Goergels, Internet manager y editor, definió en una frase: «Conectar la gente con el arte y la historia». Y no solo estamos delante de un slogan publicitario, sino de un objetivo: lograr el máximo alcance posible de la colección. El Rijks Museum ha digitalizado y liberado 125.000 obras de su fondo para que los usuarios puedan utilizarlas. Un cuadro convertido en tatuaje (como los que repartió Goergels al final de su presentación) o ropa customizada con pinturas de tu artista preferido. Solo debes descargarte tu obra preferida y hagas lo que quieras con ella.

La nueva web del Rijks Museum

Otra de las joyas del renovado Rijks Museum es la web, que estrena un diseño muy visual inspirado en la forma de navegación de las tabletas. Goergels explicó que conciben el diseño como un todo: es necesario un buen concepto aparte de experimentar y utilizar con nuevas posibilidades. Priorizar la imagen, simplificar y dar valor a la calidad y a la innovación son otros puntos que han querido reforzar. Después de un año y medio desde el estreno de la web, han superado todas las expectativas: han recibido numerosas reacciones positivas, han ganado premios internacionales y han tenido muchas participaciones (110.000 colecciones personales, 210.000 descargas de obra).

Los museos del futuro: un nuevo concepto, una nueva actitud

Al hilo del concepto del WabiSabi institucional de Chan, varias presentaciones hicieron referencia a la importancia de la innovación, el error y el prototipado. El mantra resuena: el verdadero reto de los museos no es tecnológico, sino de actitud y cultura. Para hacer frente al cambio cultural, el informe «Museum Scenarios 2020», presentado por Brigdet McKenzie (Flow Associates) aporta algunas claves del contexto socioeconómico que afectan y afectarán a Europa en los próximos años: paro, recortes, aumento de turismo cultural, rápidos cambios tecnológicos… Asimismo, tiene en cuenta tendencias globales como el calentamiento del planeta, la disminución de recursos disponibles, la indignación de la población o la mayor conciencia democrática, factores que los museos deberían contemplar en el momento de enfocar el futuro (y el presente, añadiríamos nosotros). El estudio, centrado en el territorio británico, cuestiona la forma de funcionar de los museos en la actualidad y presenta otros modelos: el Green Museum, que promueve otros modelos económicos y de gestión cooperativa, el Unmuseum, un museo sin paredes (¿sin edificio?) que se basaría en lo que la gente estaría dispuesta a pagar por la cultura o una combinación de ambos, el Disruptive Museum, organizaciones que funcionan como hubs para comunidades sostenibles, invierten en innovación ecosocial y promueven el arte y la creación para conservar bienes comunes y también como catalizadores para el cambio. Podéis ver la presentación completa aquí.

Para hacer frente a los retos de futuro, Kathy Fredrickson (Peabody Essex Museum) propone, como Chan, el largo camino de la innovación constante («hasta el infinito y más allá» rezaba el título de su presentación). Para Fredickson, el modelo del futuro requiere hacerse una idea y empezar a trabajar en ella de inmediato: prototipar, prototipar y prototipar. No es un camino fácil, explican Carolyne Royston (Imperial War Museum) y Claire Ross (Center for Digital Humanities, UCL), que presentaron las lecciones aprendidas durante un año de proyecto. La investigación y desarrollo (I+D) no supone beneficios inmediatos, es un proceso que pone a prueba la forma en que trabajamos como institución integrando nuevas metodologías y el aprendizaje que se genere de las mismas. Consejos a tener en cuenta: asegurarse de que el alcance y la escala del proyecto son asumibles en el periodo de tiempo marcado, el presupuesto destinado y los recursos disponibles; diseñar un proyecto que encaje naturalmente en un programa de trabajo más amplio; definir claramente desde el principio el éxito y el sistema de evaluación; destinar tiempo a la comunicación dentro de la organización y en el sector.

Otras presentaciones relacionadas

La comunidad, nuestra razón de ser

Que el museo ya no es un prescriptor unidireccional y que hay que tener en cuenta para quién y con quién trabajamos son ideas que muchos gestores culturales saben (o dicen saber) pero que pocas instituciones aplican e integran en su modelo de funcionamiento (por lo menos que nosotros conozcamos). En este sentido, el sistema de trabajo de la Science Gallery de Dublín, presentado por su director Michael John Gorman, resulta un caso paradigmático de gestión de una organización cultural que no solo tiene en cuenta los intereses y las necesidades de la comunidad a la que se dirige, sino que trabaja con y por ella: es su razón de ser.

Las «limitaciones» iniciales de la Science Gallery –espacio pequeño, sin colección permanente y dirigido a un público adulto– se convirtieron en oportunidades cuando la institución se planteó producir actividades y proyectos implicando a una comunidad activa. Siguiendo el concepto del Ablative Design de Sean McDougall (facilitar que las cosas sean hechas por la gente y trabajar con y desde propuestas realizadas por la gente), la misión del museo es convertirse en plataforma creativa (y no solo en un contenedor de contenidos). Gorman citó Medialab Prado o el Future Lab de Ars Electronica como proyectos inspiradores, en que el propio diseño del edificio contribuye a transmitir la idea de espacios de creación.

Michael John Gorman explica con esta diapositiva el modelo de trabajo de la Science Gallery.

Michael John Gorman explica con esta diapositiva el modelo de trabajo de la Science Gallery.

En la Science Gallery distinguen entre varios niveles de participación de la comunidad: visitantes, participantes y comunidad. La participación se tiene en cuenta desde el inicio del proyecto y no al final, como es lo habitual. Algunas claves de su sistema de funcionamiento: se centran en amplios temas interdisciplinares, hacen llamamientos abiertos pidiendo ideas a la comunidad y trabajan con redes diferentes (universidades, laboratorios, grupos de investigación) y en actividades que no tienen por qué producirse siempre dentro de la Science Gallery. Sus retos consisten en hallar el equilibrio entre una marca fuerte, una narrativa estricta, el ethos, la apertura y la velocidad del cambio.

Algunos proyectos de la Science Gallery que explicó Gorman durante la presentación: Love Lab, Elements, Barrage, Infectious  o Hack the city.

A pesar de tener lugar a última hora de la última jornada de Museum Next, la presentación de Marlene Ahrens (National Museum of Denmark) «Cómo no implicar a los usuarios» nos pareció útil e inspiradora. Ahrens habló de los errores que cometieron en la exposición Europe meets the world que incorporaba una parte participativa en la que los visitantes tenían que responder a cinco preguntas. Una interfaz de participación complicada y un planteamiento confuso del proyecto limitaron la implicación del público. Planificar con tiempo los proyectos participativos, integrarlos dentro de las exposiciones y ponernos en el lugar del usuario y pensar si tiene sentido hacer llamamientos a la participación son algunas de las lecciones aprendidas y que podrían aplicarse a la metodología de trabajo de muchas otras experiencias parecidas. La charla de Marlene Ahrens nos pareció un ejercicio de honestidad (explicar cuándo las cosas no van bien) que creemos que tendría que estar mucho más presente en congresos y conferencias, donde la mayoría de los ponentes hablan del éxito de sus proyectos.

Otras presentaciones relacionadas

  • Mediamatic. Centro para la investigación y el desarrollo de nuevas formas de organizar recursos y públicos. Combina el concepto de trabajo laboratorio con un programa de actividades para el público. Los resultados de sus experimentos trabajos se publican en código abierto.
  • DMA Friends. Proyecto de comunidad de Amigos del Museo de Dallas gratuita.
  • No more leightweight interaction. Presentación de Linea Hansen (National Museum of Denmark) con su receta para el correcto uso de Facebook a partir de su experiencia. Idea clave: piensa en tu contenido y los proyectos participativos como un regalo: ¿tú lo querrías?
  • Participation at Scale: Leveraging incentive and gamification to promote museum engagement. Presentación de Robert Stein (Dallas Museum of Art).
  • Biblioteca pública de Ámsterdam. No participó en Museum Next, pero aprovechamos para visitarla y es un ejemplo paradigmático de espacio inclusivo que invita a la acción.

Impresión 3D y «responsive design»




Así como el pasado año, en Museum Next Barcelona, la realidad aumentada, las aplicaciones móviles y los (sobrevalorados) códigos QR estaban presentes en muchas presentaciones, este año la impresión de objetos en 3D ha sido la tecnología más comentada en Ámsterdam. Durante la fiesta de presentación del congreso, la diseñadora Maaike Roozenburg presentó el proyecto «Smart Replicas» que está desarrollando con el Museum Boijmans Van Beuningen de Rotterdam y otros centros. Gracias a la tecnología de impresión 3D, podemos lograr magníficas reproducciones de objetos, piezas y objetos artísticos de hace miles de años. La forma en que visitantes de museos y amantes del arte nos relacionamos y aprendemos del arte puede cambiar gracias a réplicas fascinantes de los venerados (y protegidos) objetos de arte. Moritz Neumuller presentó un estudio de casos del empleo del 3D en museos, sobre todo respecto a las posibilidades para mejorar su accesibilidad y también se presentó Kamer Maker, un proyecto de impresión 3D aplicado al espacio público.

A medida que crece la consulta de contenidos culturales a través de múltiples pantallas (en torno al 25% de los jóvenes europeos entre 18 y 24 años ya tienen un Ipad o tableta en casa), aumenta la necesidad de incorporar el Responsive design, una técnica de diseño y desarrollo web que permite adaptar el entorno web al usuario: ordenador, móvil o tableta. En el taller práctico Go Tablet, impartido por Matthijs der Meulen (Q42) y Ebelien Pondaag, Paul Stork y Anna Offermans (Fabrique), se dieron algunos consejos útiles a tener en cuenta a la hora de pensar o encargar un diseño de aplicación para tableta:

  1. Tu dedo no es un ratón: usa enlaces y botones lo suficientemente grandes para facilitar la navegación. No escondas información crucial.
  2. El usuario espera interacción táctil. Aplícala bien.
  3. Céntrate en el contenido (utiliza texto e imágenes para facilitar la navegación).
  4. Un dispositivo móvil puede ser usado en muchas partes. Piénsalo cuando diseñes la aplicación (la gente podrá estar usando la app en la playa, con sol, echado en el sofá…).
  5. Simplifica: elige solo el contenido que es importante. Capta la atención del usuario con la información que realmente es importante y útil.

Otros proyectos interesantes que conocimos en Museum Next Ámsterdam

  • The Big Internet Museum: Un museo que solo existe en Internet, gratuito y con exposiciones programadas por los usuarios. Según Dani Polak, director de arte e ideólogo del proyecto, el Big Internet Museum no da beneficios económicos, pero presenta una nueva forma de hacer y compartir la cultura que rompe con el modelo de gestión museística tradicional.
  • The Web Lab: Asociarse con Google para desarrollar un proyecto expositivo da resultados tan impactantes como este: una serie de experimentos interactivos para aprender cómo funciona Internet. Podéis descubrir Web Lab presencialmente en el Science Museum de Londres (hasta el 20 de junio) o jugar virtualmente con él (con el navegador Chrome, por supuesto ;-)). Sin duda, una de las iniciativas que demuestra lo animadas que son las exposiciones en las que espacio físico y virtual desempeñan un papel clave en la experiencia del usuario.
  • Audio Tour hack. Un estudio que realiza aproximaciones creativas al arte y los museos.
  • Whats Now, Whats Next, Whats Within your Budget: Oonagh Murphy, de la Universidad del Ulster, viajó a Nueva York y, tras observar y estudiar la forma de trabajar de algunos grandes museos, propone algunas ideas (no muy complicadas de aplicar y sin necesidad de grandes presupuestos) que los museos más pequeños pueden aprender de los «grandes». Podéis ver su presentación aquí.
  • Whats Next for Web TV for Museums?

Volvemos de Ámsterdam cargadas de ideas y energía para hacer frente a un futuro incierto. Museum Next nos ha recordado, un año más, la importancia de integrar al usuario/comunidad a nuestro proyecto, de definir estrategias de trabajo a medio y largo plazo, el pesado camino de la innovación… En esta edición, hemos detectado muchas más presentaciones que abordaban los procesos de trabajo y de cambio, más que proyectos puntuales. Quizá el mantra del cambio de actitud está cogiendo fuerza… y, de repente, la crisis nos parece una oportunidad.

«La nueva praxis cultural sugiere un proceso de transición, en que nadie está exento de revisar sus criterios operativos: las ideas con las que se crean y conciben los proyectos, las metodologías de trabajo, los procesos de producción, los estilos de representación, la capacidad para ser sostenibles o no las formas de comunicar, diseminar y compartir el conocimiento. Reivindicar procesos que permitan profundizar en la democratización de la cultura, es decir, el acceso cultural a la información, a los equipos de producción y a la reproducción, empieza a ser un derecho inalienable, cuyo ejercicio no puede ser solo capitalizado por las industrias culturales.»

Redes, procesos y plataformas, Juan Insua.

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