Exonovela, un concepto a desarrollar

Definición de Exoesqueleto, (de Google):

“El exoesqueleto es el esqueleto externo continuo que recubre toda la superficie de animales artrópodos, donde cumple una función protectora, o de respiración o mecánica, proporcionando el sostén necesario para la eficacia del aparato muscular. También se llama exoesqueleto al excremento, frecuentemente mineralizado, que secretan los corales.”

Valiéndonos de este concepto raíz, podemos intentar definir, en primera aproximación, qué sería la Exonovela:

“aquello que sostiene a una novela, que le da solidez interna y la protege, y sin el cual ésta no es posible.”

La Red es un lugar bastante interesante para utilizarlo como ejemplo contemporáneo de exonovela. Supongamos una novela, en papel, en la que se dieran las direcciones necesarias de Internet para encontrar otros componentes, relevantes, de la novela, partes de la misma que necesitaran otro soporte y otros lenguajes. Esto ya se hace, creo que muchos ya lo hacemos o lo hemos hecho en nuestros libros.

Es como una ampliación del concepto “nota a pie de página”, pero remitido a un site de la Red en vez de a tal o cual texto o enciclopedia, lo que, además de tener la ventaja de ser accesible de manera inmediata, es interesante porque podemos hacer que esa especie de nota deslocalizada no sea sólo una simple nota, sino un componente del argumento. De esta manera, la novela utiliza no sólo otros soportes sino, lo que es lo importante, otros lenguajes en esta exonovela separada del cuerpo de la novela.

Esta exonovela puede estar compuesta por diversos materiales, como pueden ser blogs confeccionados por el autor específicamente para la novela, o pueden ser blogs con existencia previa e independiente a la novela, caso que constituiría un acto de apropiacionismo tal como se viene entendiendo esta palabra en las artes visuales.

Pero también se pueden crear webs que sostengan la novela a través de diversos materiales, vídeos en YouTube expresamente filmados, con materiales inéditos o refundiendo lo que ya hay en la propia Red, o se pueden crean perfiles en Facebook que sean personajes de la novela, o incluso enlazar con Facebooks reales, que pasarían a formar parte automáticamente de la ficción, serían nuevos personajes.

Las posibilidades son muchas. Además, está el añadido de que la novela podría evolucionar si el autor permite que esos blogs, y facebooks y vídeos sean abiertos para que el lector pueda dejar comentarios, añadir matices o incluso tramas paralelas a la novela. Ahí ya entraríamos en una práctica que se ha dado en llamar fanfiction.

Es un tipo de exonovela que aumenta pues, la complejidad con los materiales que se van añadiendo.

El modelo que sigue este tipo de exonovela, es el de una coraza y apoyo que está fuera del cuerpo del libro, deslocalizado, y conceptualmente guarda un símil con el exoesqueleto de ciertos corales, que es sus propias excrecencias y que está casi separado del propio coral, está aparte. Por lo demás, al tratarse de un libro en papel, en el que nos limitamos a consignar los links a los que hay que ir en la computadora, está bien claro que el libro es el centro de referencia absoluto de la novela, y sólo a través de la información que proporciona el libro se puede acceder a la exonovela, depositada en la Red. El libro en papel es el “centro absoluto de referencia” de la obra.

Si el libro es digital evolucionado, tipo “tabletas” (una suerte de e-book que permitiera links directos a Internet en tiempo real, así como la inserción de vídeos y sonido en la propia pantalla), el texto matriz deja de existir, no sería ya la referencia absoluta de la obra, porque en este caso estamos en la configuración de típica de Internet, que no tiene Centro, o el centro es en cada momento el lugar en el que en navegante está situado. Los flujos van en los dos sentidos.

(este modelo es que le he escogido para ampliar mi El hacedor (de Borges) Remake, Alfaguara 2011, disponible para la tableta iPad)

Un símil:

Típicamente, el lector tiene una única perspectiva respecto al libro, es como el espectador de teatro, que se sienta en un punto fijo y ve pasar por un escenario rectangular toda la historia. No sólo el teatro, sino el cine, en sus orígenes también era así. El genio del cinematógrafo, el francés Méliés, célebre por introducir a finales del siglo 19 la idea de cine como espectáculo y no sólo como documento, así como el inventor de los primeros efectos especiales, y recordado sobre todo por su conocida pieza Viaje a la Luna, rodaba y montaba así todas sus películas, de frente y bajo una única perspectiva, como si fueran teatro. La cámara era el equivalente al ojo del espectador que se sienta en una butaca. No se le ocurrió, estaba fuera de sus cosmovisión y perspectiva, mover la cámara con la que estaba filmando. Sólo se movían los personajes en la película, por lo que, como hemos dicho, la cámara era lo mismo que un espectador, la cámara era el propio espectador.

Fotograma de una película de Melies, la perspectiva del espectador es la de una representación teatral.

Fotograma de una película de Melies, la perspectiva del espectador es la de una representación teatral.

Pero a principios del siglo 20 (sic), a alguien se ocurrió que la cámara podía filmar avanzando con los actores, girando por detrás de ellos, haciendo plano y contra plano; es como si se dijera: vamos a abarcar todos los puntos de vista para que el espectador se mueva con la cámara, que sea un espectador ubicuo, móvil, vamos a levantar al espectador de su butaca de teatro para meterlo en el escenario y para que vea lo que había detrás. Esto me parece un símil aceptable de lo que podría se la novela expandida en la Red a través de su correspondiente Exonovela, no conformarse con que el lector sea sólo una persona en una butaca, sino que se desplace por otros sistemas y soportes que le proporciona Internet. Es esta una idea sumamente ambiciosa si se quiere llevar hasta el final; estamos en su prehistoria, en sus cuevas de Altamira. En mi opinión, cuando se halle lo suficientemente desarrollada, vendrá a sustituir a lo que hoy es el cine y a lo que en su día fue la arquitectura, me refiero como soporte artístico capaz de albergar y transformar a las demás prácticas artísticas. Es una idea que viene del Barroco, la ambición de llenarlo todo, ocupar todo el espacio disponible, agotar todas las posibilidades técnicas, la idea no sólo de movimiento sino de movimiento acelerado. Y ese límite, lógicamente, también puede llevar al fracaso.

De un ensayo en preparación, Agustín Fernández Mallo, 2011.

Ver comentarios5

  • Marco K | 15 abril 2011

  • Óscar R. Cardeñosa | 15 abril 2011

  • Carlos Vera Da Souza | 03 junio 2011

  • Benjamín Escalonilla | 31 octubre 2013

  • Gorki | 23 septiembre 2018

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