Reconstrained design: un manifiesto

Un texto para forzar nuevos espacios imaginativos de discurso, inocular ideas y en definitiva subvertir el statu quo del diseño.

Técnicos instalando flaps y cableado en un modelo de hidrocanoa. NASA, 1946.

Técnicos instalando flaps y cableado en un modelo de hidrocanoa. NASA, 1946 | NASA on The Commons | Sin restricciones conocidas de derechos de autor

Este manifiesto marca el primer aniversario del proyecto Reconstrained design, impulsado explícitamente para replantear la idea de diseño: sus caminos cada vez más angostos, las suposiciones predominantes y los dictados empresariales. El manifiesto empieza con un preámbulo que resume la historia del género «manifiesto» y sus orígenes en las vanguardias históricas de hace cien años y sigue con doce principios que destacan retos específicos del diseño, cada uno basado en una cita que invita a la reflexión o poniéndola en cuestión. Con este texto queremos forzar nuevos espacios imaginativos de discurso, introducir nuevas ideas al público, promover el compromiso con la política, la tecnología y otras facetas de la vida cotidiana y subvertir el statu quo del diseño.

¿Cómo se escribe un manifiesto? Según F.T. Marinetti, el líder del futurismo italiano y se podría decir que el mejor (y más prolífico) escritor de manifiestos de la historia, los ingredientes clave de cualquier manifiesto son «violencia y precisión» [1]. Los manifiestos no tienen piedad, tienen que ser atrevidos y directos como los anuncios que imitan. Del «Fondazione e Manifesto del Futurismo» el año 1909 hasta el «Manifesto della Cucina Futurista» del 1930, Marinetti y sus camaradas escribieron centenares de manifiestos sobre todo tipo de temas [2]. El problema con los futuristas era, sobretodo, que creían demasiado en el futuro. Como dijo Marinetti: «Al contrario de lo que es habitual, nosotros los futuristas desdeñamos el ejemplo y la cautela de la tradición, para poder, a toda costa, inventar alguna cosa nueva, aunque todo el mundo nos tome por locos» [3].

Este arrebato es el que hacía excitantes a los futuristas pero desde nuestro punto de vista también era su más grande debilidad. No tenían ninguna distancia crítica, tanto es así que se convirtieron en las animadoras de no sólo movimientos progresistas como el sufragismo sino también del fascismo, la guerra, los residuos industriales, el cierre de bibliotecas y otros inconvenientes de la modernidad. Sus rivales vorticistas de Londres, liderados por Wyndham Lewis y Ezra Pound, se mofaron de su actitud reverencial hacia la tecnología. Lo llamaban «automovilismo», por la industria puntera en la época previa a la guerra: «El AUTOMOVILISMO (el marinettismo) nos aburre. No queremos causar alboroto por un motor de coche, o no más que por los cuchillos o los tenedores, los elefantes o las tuberías del gas. Los elefantes son MUY GRANDES. Los motores de coche pueden correr mucho» [4].

Eran también reacios a la tecnología y al progreso los dadaístas, que lideraba otro escritor prolífico de manifiestos, Tristan Tzara. Activo durante la carnicería de la Primera Guerra Mundial, el dadaísmo se presentó como «totalmente en contra del futuro», incluso pedía «la abolición del futuro». Tzara aportó una mirada irónica y autocrítica a la actitud masculinista de los manifiestos, así que el manifiesto de 1918 empieza con una definición marinettista: «Para hacer un manifiesto, tienes que querer: ABC fulminar contra 1, 2, 3 echar a volar de rabia y afilar tus alas para conquistar y diseminar pequeños y grandes abecés, firmar, gritar, jurar, organizar la prosa en una forma de evidencia absoluta e irrefutable», y sigue cargándose su propia plataforma: «Escribo un manifiesto y no quiero nada… y en principio, estoy en contra de los manifiestos, así como también contra los principios» [5]. Los dadaístas consideraban que todas las creencias firmes eran sospechosas. Para ellos, todas las viejas virtudes se habían desangrado de significado en la carnicería sin sentido de la Primera Guerra Mundial. A nosotros nos parece que en algún punto medio entre estos extremos existe el manifiesto perfecto: directo y asertivo a la vez, crítico y autoconsciente, sin tomarse a si mismo o al futuro demasiado en serio y, al mismo tiempo, en el fondo, con una seriedad absoluta. Nuestra provocación busca esto: un manifiesto que no sea demasiado dogmático ni demasiado irónico. De estos dos, el mundo ya tuvo bastante.

«Une Assemblée tumultueuse. Sensibilité numérique» publicado en «Les mots en liberté futuristes». Filippo Tommaso Marinetti, 1919.

«Une Assemblée tumultueuse. Sensibilité numérique» publicado en «Les mots en liberté futuristes». Filippo Tommaso Marinetti, 1919 | Metropolitan Museum of Art | Dominio público

Manifiesto

Reto #1: Revertir esta declaración de intenciones

«Tenemos que redirigir América de la cultura de las necesidades a la de los deseos, se tiene que entrenar a la gente a desear, a querer cosas nuevas antes de que las antiguas hayan sido totalmente consumidas. Tenemos que forjar una nueva mentalidad en América. Los deseos de las personas tienen que sobrepasar sus necesidades.» Paul Mazur (Harvard Business Review, 1927) [6]

Reto #2: Reclamar los medios: basta de obsesionarse con los fines

«La antropología moderna […] se opone a la suposición utilitarista que el hombre primitivo canta mientras siembra porque cree que sino, no crecerá nada, la suposición de que su objetivo primero es el económico y que sus otras actividades están supeditadas a él. Plantar y cultivar no es menos importante que el producto final. La vida no se concibe como una progresión lineal dirigida y justificada para conseguir una serie de objetivos; es un ciclo en el cual los fines no se pueden separar, que no se puede diseccionar en una serie de fines y medios.» John Carroll [7]

Reto #3: Como las cosas se automatizan cada vez más, promover la acción y no la apatía

«Cuando se automatiza (por otro lado) su función se cumple, claro, pero también queda sellada herméticamente. El automatismo tiende hacia la segregación, hacia un tipo de autosuficiencia funcional que exilia al hombre hacia la irresponsabilidad de ser un mero espectador.» Jean Baudrillard [8]

Reto #4: Acabar con toda esta tontería vacua de diseñador famoso

«Mi exprimidor no es para hacer limonada, es para empezar una conversación.» Philippe Starck [9]

Reto #5: Interrumpir la idea de legado y de productos heredados

«Todos los inventos y las innovaciones, por definición, representan un avance en el arte más allá de las bases existentes. A pesar de esto, la mayoría de las innovaciones, particularmente en retrospectiva, se ven esencialmente graduales, evolucionistas. Si la naturaleza no da saltos abruptos, tampoco parece que lo haga la tecnología.» Robert Heilbroner [10]

Reto #6: Más que alimentar la ilusión de lo invencible, trabajar a partir de la realidad de la incertidumbre y lo efímero

«Todo brillaba, dorado, en la penumbra, transformando aquel casino de pacotilla en una cueva mágica de cuento de las mil y una noches. Pero para mi tenía un significado más profundo, presentía que la realidad era un escenario que se podía desmontar en cualquier momento, y que no importaba que nada fuera extraordinariamente bonito: sería barrido con los restos de pasado.» J. G. Ballard [11]

Kleine Dada Soirée. Theo van Doesburg, 1922

Kleine Dada Soirée. Theo van Doesburg, 1922 | Wikimedia Commons | Dominio público

Reto #7: Dejar de lado el trabajo fácil de la crítica de salón y emprender la tarea más difícil de proponer alternativas factibles

«Es verdad que puedo decirte mejor lo que no hacemos que lo que hacemos.» William Morris [12]

Reto #8: Preguntarse (antes de ir poniendo cosas en el mundo): ¿estoy preparado para jugar a ser Dios?

«No está bien jugar a ser Dios con masas de gente. Para ser Dios tienes que saber qué haces. Y para hacer algo bueno no basta con pensar que tienes razón y buenos motivos.» Ursula K. Le Guin [13]

Reto #9: Diseñar ecológicamente

«Uno se funde con el otro, los grupos se fusionan en grupos ecológicos hasta que llega aquel momento que la vida que conocemos choca y entra en lo que consideramos que es la no-vida: percebe y roca, roca y tierra, tierra y árbol, árbol y lluvia y aire. Y los elementos anidan en el todo y son inseparables… todas las cosas son una y una, todas: el plancton, la fosforescencia rutilante del mar y los planetas que giran, y el universo que se expande, todo religado con la cuerda elástica del tiempo. Es recomendable mirar desde el charco de marea a las estrellas y otra vez al charco.» John Steinbeck [14]

Reto #10: Adoptar una mentalidad khadi

«El progreso verdadero está en la descentralización, a la vez territorial y funcional, en el desarrollo del espíritu de las iniciativas locales y personales, y de la coordinación libre de lo simple con lo complejo, en vez de la actual jerarquía entre centro y periferia.» Petr Kropotkin [15]

Reto #11: Tener paciencia para los días tranquilos

«No es que otro mundo sea posible, es que ya viene, ella. Los días tranquilos, la oigo respirar.» Arundhati Roy [16]

Reto #12: Empezar a construir el futuro que quieres, con o sin tecnología

«La gente me pide que les prediga el futuro, cuando todo lo que quiero hacer es evitarlo. Aún mejor: construir-lo. Pero predecir el futuro es mucho más fácil. Miras a la gente que tienes alrededor, la calle donde estás, el aire visible que respiras y predices más de lo mismo. No quiero lo mismo. Lo quiero mejor.» Ray Bradbury [17]


[1] Marjorie Perloff. 2004. The Futurist Moment: Avant-Garde, Avant-Guerre, and the Language of Rupture. University of Chicago Press, Chicago.

[2] Umbro Apollonio, ed. 2009. Futurist Manifestos. Tate Publishing, Londres.

[3] F. T. Marinetti. 2006. Critical Writings. Ed. Günter Berghaus. Trad. Doug Thompson. Farrar, Straus and Giroux, Nueva York.

[4] Wyndham Lewis. 1992 (1914). Blast 1. Black Sparrow Press, Santa Rosa.

[5] Tristan Tzara. 2003. Seven Dada Manifestos and Lampisteries. Ed. y trad. Barbara Wright. Calder, Londres.

[6] Citado en Adam Curtis. 2002. The Century of the Self. BBC, Londres.

[7] John Carroll. 2010 (1974). Break-Out from the Crystal Palace: The Anarcho-Psychological Critique – Stirner, Nietzsche, Dostoevsky. Taylor & Francis, Londres.

[8] Jean Baudrillard. 2005. The System of Objects. Trad. James Benedict. Verso, Londres.

[9] Citado en Donald A. Norman. 2005. Emotional Design: Why We Love (or Hate) Everyday Things. Basic Books, Londres.

[10] Robert L. Heilbroner. 1967. “Do Machines Make History?”. Technology and Culture 8.3 (July): 335-45. DOI: 10.2307/3101719

[11] J. G. Ballard. 2008. Miracles of Life. Fourth Estate, Londres.

[12] William Morris. 2003 (1890). News From Nowhere. Oxford World’s Classics, Oxford.

[13] Ursula K. Le Guin. 2014. The Lathe of Heaven. Diversion Books, Nueva York.

[14] John Steinbeck. 1995. The Log from the Sea of Cortez. Penguin Classics, Londres.

[15] Petr Kropotkin. 1976. The Essential Kropotkin. Ed. Emile Capouya and Keitha Tompkins. Macmillan, Londres y Basingstoke.

[16] Arundhati Roy. 2003. War Talk. South End Press, Londres.

[17] Ray Bradbury. 1991. “Beyond 1984: The People Machines”. Yestermorrow: Obvious Answers to Impossible Futures. Joshua Odell Editions, Santa Barbara.

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