Datos para la memoria histórica

La asociación Innovation and Human Rights presenta una base de datos centralizada de víctimas de la Guerra Civil y el franquismo.

Bombardeo aéreo de Barcelona, 1938 | Italian Airforce, Wikimedia Commons | Dominio público

Bombardeo aéreo de Barcelona, 1938 | Italian Airforce, Wikimedia Commons | Dominio público

La transparencia de una organización es una condición indispensable para acceder a la materia prima del periodismo de datos, conjuntos de datos que se ponen a disposición del público y pueden ser reutilizados y publicados sin restricción. Estos datos a menudo contribuyen al acceso al conocimiento o nos remiten a casos de investigación como los recientes Panama Papers. Pero también pueden contribuir a la recuperación de la memoria histórica. Ochenta años después, todavía es muy difícil encontrar información precisa sobre todas las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo. Los documentos están dispersos entre multitud de archivos militares y de ámbito muy diverso. La asociación Innovation and Human Rights (IHR) presenta una base de datos para ayudar a las víctimas y a sus descendientes y contribuir a difundir y promover la investigación histórica.

Todo el mundo tiene una historia familiar respecto a la Guerra Civil y los datos lo confirman. Los muertos como resultado de la Guerra Civil se estiman alrededor de medio millón, pero no se conoce su cifra exacta. Se cree que unas 50.000 personas fueron víctimas de la violencia de varias secciones de grupos de izquierdas entre 1936 y 1939; 200.000 habrían muerto en el frente y, según Paul Preston, 200.000 más murieron en manos de los sublevados contra la República y durante la dictadura de Franco entre 1936 y 1975. Además, los muertos por bombardeos fueron 10.000 (más de 2.000 solo en Barcelona), según Hugh Thomas. Aparte están los desaparecidos en las cunetas; son las víctimas de desaparición forzada, en el término que utiliza Naciones Unidas: personas que sufrieron la privación de libertad y a menudo la tortura o ejecución extrajudicial por parte de agentes del Estado o grupos o personas que el Estado apoyaba.

Si los datos de los muertos no son precisos, los datos de las personas que sufrieron represalias aún lo son menos. Hubo 188 campos de concentración en la España franquista —dos de ellos en Barcelona, en Poblenou y en Horta—, como ha documentado Javier Rodrigo, y varios centros de prisioneros. Asimismo, más de 130.000 personas pasaron por los Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores, agrupaciones de supuestos soldados que, a menudo sin haber cometido delito, eran obligados a trabajar duramente sin garantías, casi gratis, y que recientemente han recibido el nombre de esclavos de Franco.

En su último informe sobre España, de septiembre de 2017, el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de Naciones Unidas, en el que ha participado Innovation and Human Rights, destaca: «Especialmente preocupante resulta constatar que la mayoría de recomendaciones fundamentales para que los familiares de personas desaparecidas durante la Guerra Civil y la dictadura puedan investigar la suerte y el paradero de sus seres queridos, tener acceso a la verdad, a la justicia y a reparaciones no han sido plenamente implementadas, y que hasta hoy los familiares están entregados a su propia suerte.»

En la mayoría de los casos, acceder a la información no es fácil. Se alude a la Ley de protección de datos en referencia a personas desaparecidas o que llevan muertas más de 50 años. Por ello desde Innovation and Human Rights (IHR) hemos cursado varias peticiones de acceso a la información pública y tenemos algunos convenios de colaboración en marcha. Una de las bases de datos a las que hemos solicitado acceder es la del Coste Humano de la Guerra Civil del Centro de Historia Contemporánea, de los muertos catalanes, para poder difundir el trabajo que ha llevado a cabo la Generalitat de Catalunya desde hace treinta años en este sentido.

Cuando el juez Baltasar Garzón abrió un controvertido sumario por crímenes contra la humanidad en España, en 2008, las asociaciones de memoria histórica hicieron llegar listas que sumaban más de 114.000 desaparecidos, que luego se ampliaron a 143.000. El Juzgado número 5 de la Audiencia Nacional los agrupó en una base de datos que el Grupo de Trabajo de Desapariciones Forzosas o Involuntarias reiteradamente reclama al Gobierno que se haga pública. Sin resultados.

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Una visión de conjunto: la base de datos unificada de Innovation and Human Rights

La asociación sin ánimo de lucro Innovation and Human Rights (IHR) presentamos la base de datos centralizada de víctimas de la Guerra Civil y el franquismo. Cuenta con más de 200.000 documentos con nombres y apellidos, y le seguimos añadiendo datos mientras buscamos e investigamos más fuentes de información. La mayoría de documentos nunca habían sido tan accesibles antes. Lo hemos hecho para ayudar a las víctimas y a sus descendientes a encontrar información y para apoyar a personas que aún buscan justicia y reparación, como las de la Mesa de Entidades Memorialistas de Cataluña, con la Comisión de la Dignidad, el Colectivo Republicano del Baix Llobregat, la Asociación Pro-Memoria a los Inmolados por la Libertad en Cataluña, Lo Riu, Memoria de Mallorca, los familiares de desaparecidos impulsores de la creación del Banco de ADN y otros.

Queremos contribuir a difundir y promover la investigación histórica con tratamiento de datos sobre aspectos investigados menos conocidos de todo lo relacionado con la Guerra Civil y el franquismo, con rigor, referencia a documentos y profundidad. Porque, hasta ahora, la mayoría de las historias y los protagonistas de la represión han permanecido ocultos. En parte porque no se les ha reconocido como víctimas por la Ley de amnistía de 1977 o porque no todo el mundo ha tenido la convicción de la Asociación Catalana de Ex-Presos Políticos del Franquismo u otras asociaciones e iniciativas. Queda mucho trabajo por hacer, pese a interesantes documentales como Desde el otro lado del charco, de datecuenta.org, recién estrenado; Un padre (Victor Forniés, 2016), Avi, et trauré d’aquí (Montse Armengou y Ricard Belis, 2014), y El camí d’un protocol (Carles Seuba, 2013).

La base de datos nace de la necesidad de saber qué sucedió con los miembros de nuestra familia, hasta dónde llegó el alcance de la represión y quién concretamente la sufrió; necesidad y derecho a saber que contrastan con la dificultad de acceso y la fragmentación de la información. A Natalia Lemos, de combatientes.es, la dispersión de la documentación en multitud de archivos y la dificultad de hallar información acerca de su abuelo la llevó a elaborar la guía Cómo realizar una búsqueda, con docenas de enlaces.

La base de datos centralizada incluye inicialmente documentos respecto a víctimas mortales, víctimas de desaparición forzada y víctimas de represión durante la Guerra Civil y el franquismo. Actualmente, su característica fundamental es un buscador por nombre, pero se irán ampliando las herramientas de consulta y las posibilidades. Igualmente, trabajamos para armonizar y relacionar los documentos disponibles. Estamos en proceso de integrar en una sola web cientos de fuentes documentales y de iniciativas de memoria histórica muy diversas en tamaño y ubicación geográfica en toda España. Tenemos conjuntos de datos de decenas de miles de documentos, otros de algunos cientos y otros incluso de una veintena. Por ejemplo, hay documentos de investigaciones de historia local y otros de archivos estatales.

La base de datos tiene dos valores añadidos: (1) solo incluye documentos de los que puede citarse la referencia de la investigación —sea un proyecto de alguna institución o de autoría individual— y, siempre que es posible, la referencia del archivo donde se encuentran, y (2) todo es accesible a un clic.

Un proyecto inspirador es SIDBRINT (Sistema de Información Digital sobre las Brigadas Internacionales), la base de datos de la Universidad de Barcelona con información documental de más de 19.000 brigadistas, con más de 1.500 fuentes documentales.

Miembros de la Brigada Internacional en la cocina británica de Albacete, 1936-1937 | Imperial War Museum | Dominio público

Miembros de la Brigada Internacional en la cocina británica de Albacete, 1936-1937 | Imperial War Museum | Dominio público

Iniciativas fragmentadas

Algunas administraciones públicas han tomado iniciativas diversas para dar a conocer la represión franquista. Por ejemplo, Galicia tiene el proyecto nomesevoces.org, por el que, mediante un acuerdo entre las tres universidades públicas y la Consejería de Cultura de la Xunta, en 2006 se puso en marcha la creación de una base de datos de víctimas gallegas de muerte y de represalias. Ahora se puede consultar la lista e incluso descargarse un archivo.

El Gobierno del País Vasco publica también una «lista de personas muertas, fusiladas y/o desaparecidas en Euskadi durante la Guerra Civil y la dictadura franquista» y centraliza toda la actividad en torno al tema con Gogora, Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos.

El Gobierno de Navarra va un poco más allá y, mediante su sistema de archivos, ha indexado con nombre y apellido más de 42.000 fichas de combatientes de la Guerra Civil y ha publicado en línea más de 1.500 sentencias inculpatorias y absolutorias del Tribunal de Responsabilidades Políticas, digitalizadas, de modo que pueden descargarse íntegramente. Hay que decir que este tribunal juzgaba según la ley del mismo nombre, dictada en febrero de 1939, «reconociendo la necesidad de reconstrucción espiritual y material de la patria», con el agravante de ser retroactiva desde el 1 de octubre de 1934.

En cuanto a los archivos, solo de militares, hay veintiocho en toda España, y a menudo cada uno conserva documentación de un determinado fragmento de vida: reclutamiento, tropa, mando, afección o desafección según avales, juicio militar, privación de libertad en prisión o campo de concentración, batallón de soldados, batallón disciplinario de soldados trabajadores, batallón disciplinario de soldados trabajadores penados, entre otros.

Del mismo modo, hay archivos de muchos otros tipos: autonómicos, comarcales, municipales, judiciales, eclesiásticos, parroquiales, etc., y en todos ellos existe la posibilidad de encontrar documentos relacionados con la Guerra Civil y el franquismo, que prueben el ingreso en una prisión, en un hospital de sangre, y la muerte por heridas o por accidente o por ejecución tras un consejo de guerra o también de forma extrajudicial.

Sin embargo, no parece existir la voluntad política de preservar la memoria con visión de conjunto. También hay que reconocer el trabajo de los archiveros y archiveras a pesar de la poca dotación de recursos y nos complace mucho que el proyecto cuente con el apoyo de la Asociación de Archiveros y Gestores Documentales de Cataluña.

Uno de los conjuntos de datos que hemos integrado es la lista de reparación jurídica de víctimas del franquismo, con casi 70.000 registros, publicada por el Archivo Nacional de Cataluña (ANC) el pasado mes de julio en formato de datos abiertos. El ANC publicó este fichero con motivo de la aprobación de la Ley 11/2017 de reparación jurídica de las víctimas del franquismo, que declara ilegales los tribunales militares y simbólicamente nulas las sentencias y resoluciones de las causas instruidas por causas políticas. Hacen falta más leyes valientes como esta para promover el acceso a la información de la Guerra Civil y la época franquista en formato reutilizable. A raíz de esta publicación, decenas de personas que han accedido al listado del ANC han descubierto nombres de familiares de los que desconocían que habían sido víctimas de represalias. Aspiramos a que nuestra base de datos tenga también este efecto.


Innovation and Human Rights, con la publicación de esta base de datos, quiere aportar su grano de arena a la verdad, la justicia y la reparación. Si sois investigadores o investigadoras y queréis que publiquemos vuestros datos o deseáis compartir vuestra historia, escribidnos a [email protected].

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